A nuestros lectores: cuidado con los manipuladores
(«El proletario»; N° 32; Junio-Julio de 2024 )
En fechas recientes hemos visto que en la red social X/Twitter se están distribuyendo textos de nuestro partido por algún elemento que busca presentarse de manera insidiosa como miembro de nuestra organización.
Nuestro partido no tiene cuentas en redes sociales, no publica su prensa, folletos o tomas de posición en ellas ni delega esta tarea en terceros. Como partido, en Internet, estamos presentes con un único sitio (www.pcint.org), que indicamos en todas nuestras publicaciones. La defensa de las posiciones de nuestro partido no la realizamos a través del recurso a la «propiedad intelectual» de nuestros escritos publicados en nuestra prensa o en la página web ni a través de la «propiedad comercial» de las cabeceras con las cuales las difundimos. El anonimato para nosotros no es una extravagancia, sino, simplemente, la forma no intelectual, no comercial, en esencia no burguesa, con la cual cada militante del partido contribuye al trabajo común de este, a la propaganda de las posiciones y de las tesis del partido y a su actividad general.
Esto no impide que haya elementos poco serios políticamente que utilicen nuestros materiales para fines exclusivamente personales.
Esta no es la primera vez, y sin duda no será la última, que alguien que de alguna manera ha tenido contacto -aún sin ser estrecho- con nosotros pretende con una ambigüedad calculada presentarse como miembro, afín o simpatizante sin serlo realmente. Las redes sociales son un medio en el que este tipo de elementos se puede mover con mayor facilidad porque en el mundo virtual les resulta más sencillo intentar pasar posiciones propias por posiciones del partido y además les es más sencillo el evitarse responder de su falsedad. En este caso se trata de un elemento que ya en otras ocasiones ha pretendido presentarse como alguien de alguna forma próximo a nosotros, cuando realmente las posiciones que él mantiene no tienen nada que ver con las que el Partido Comunista Internacional siempre ha defendido y defiende. De él nos separa un abismo no sólo político sino también moral, visto que su comportamiento es el de un manipulador que busca notoriedad intentando hacerse importante reivindicando una historia política (la de la Izquierda Comunista de Italia) y una organización (el Partido Comunista Internacional) que le son completamente ajenos.
En un momento como el actual, cuando la lucha de clase del proletariado está prácticamente ausente en todo el mundo, la lucha política puede tomar formas peculiares: la falta de una clase proletaria que se posicione sobre el terreno de la lucha de clase, aún sobre el meramente económico, impide que las posiciones propias del marxismo revolucionario puedan plantearse con una amplitud que sólo la lucha a gran escala da. Por ello las cuestiones relativas a la crítica política, a la definición teórica, etc. se plantean a veces como si fuesen problemas sin gran alcance. Esto facilita, de alguna manera, la aparición de elementos de este tipo que pretenden hacerse un hueco entre la confusión generalizada y hacer pasar sus propias ideas, incluso su propia manera de comportarse y manifestarse, como si estuvieran vinculadas a las tesis y a las batallas de clase fundamentales de la Izquierda. Estas, sin embargo, pueden ser distinguidas fácilmente porque en ellas nunca se encontrarán restos de elaboración personal o de criterios individuales y porque nunca se presentarán como el patrimonio personal de nadie.
Partido Comunista Internacional
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