«La materia nunca muere»

( Suplemento Venezuela  N° 21 de «El programa comunista» N° 51 ; Julio de 2016 )

 

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Estamos en los años de crisis de los frentes guerrilleros, que todavía medio funcionaban en Venezuela... En su periferia existía un grupo de jóvenes, muchos de ellos eran electrones libres del movimiento estudiantil y de los «encapuchados» o apoyo logístico a las organizaciones antes mencionadas. En esa atmósfera,  se comenzaron a organizar reuniones de estudio de la teoría marxista, con el fin de clarificarse en torno a las diversas crisis políticas que estallaban en estos grupos, y que también eran crisis ideológicas y teóricas: se pensaba, por ejemplo, qué sentido tenía cargar un fusil al hombro, si se tiene como objetivo un sucedáneo de la misma democracia burguesa que los perseguía y asesinaba; o por qué seguir viendo a Cuba y a la URSS como Estados socialistas, sobre todo después de la caída del imperialismo ruso; o, constatando que el Estado soviético no era «de todo el pueblo», cuál era entonces la naturaleza económica y política de la URSS.

Ante la falta de coherencias y absurdidades que todos estos grupos pregonaban, en aquellos círculos de estudio se fue fermentando el acercamiento a otras posiciones poco conocidas en Venezuela, entre ellas las de la Izquierda Comunista y de uno de sus dirigentes en particular: el «innombrable» Amadeo Bordiga y el Partido Comunista Internacional del cual fue uno de sus promotores.

Llamaba mucho la atención que el partido en aquella época denunciara a estos frentes guerrilleros de «reformistas con pistola», además del singular tratamiento que en su prensa le daban a los «encapuchados» que protagonizaban las luchas en el famoso «23 de Enero» de los años 70-80, dándoles una identidad proletaria.

En este proceso de estudio y en medio de las primeras dificultades sociales y económicas del país petrolero, un puñado de activistas, entre ellos Gilberto Brizuela, deciden tomar contacto y luego adherir a las tesis del partido de la época; deciden entonces fundar la primera sección del Partido Comunista Internacional en Venezuela y difundir sus posiciones. Lamentablemente, con el estallido de la crisis del partido, la joven sección – cargada de las inevitables limitaciones teóricas e históricas, e incluso idiomáticas –, se desestabiliza y Gilberto, entra en contacto y se pierde en diversos grupos que también se reclaman de la Izquierda Comunista (*).

«Poeta», como le decían en su barrio, no era poeta; escribía con la misma calidad que tenía Marx cuando escribía versos a su mujer: era pésima. Pero sí fue un gran declamador y recitador de poesía de primer orden (de allí el malentendido), un intérprete capaz de levantar a cualquiera de su asiento! Era una fuerza dramática que, desde el verbo hecho persona en alguien que venia del barro y el barrio, humilde entre los humildes, llamaba a participar, a la calle y a la acción, a la militancia. Y así fue, aplicó en su propia persona lo que recitaba, se volvió un militante que en su desarrollo se hizo sensible a los problemas políticos y teóricos de la «revolución»; y desde que la primera vez, en 1980, agarró los textos verdaderamente comunistas, contra viento y marea, no los soltó hasta su muerte acaecida el 27 de abril de 2016. Y miren que en Venezuela, frente a tanto perro estalinista aullando todavía (**), la presión mental y física es extrema, la misma que puede sufrir un objeto estático frente a un ciclón, y que a veces reclama una resistencia sobrehumana.

El título que hemos puesto a este obituario obedece a una anécdota, negra y risueña a la vez: precisamente en esos círculos de estudio que ya hemos hablado, un buen día en plena lectura de Engels y el materialismo marxista, llega retrasada a la casa de la reunión una participante, diciendo que su tío había muerto... el joven Gilberto no tardó en lanzarle su frase favorita, prestada al químico francés Lavoisier: «la materia nunca muere!»... la muchacha rompió a llorar.

Lo que pasa es que cuando esa materia hecha de sangre, cartílagos y huesos se llama Gilberto Brizuela, y conocemos su historia militante y comunista, esta sigue viviendo en nuestra memoria, y se vuelve acicate para seguir en nuestra dura tarea de mantener encendida, más allá de la muerte individual, la llama del comunismo revolucionario, aunque produzca cierta tristeza y melancolía esa materia ahora transformada...

La clase obrera mundial puede sentirse orgullosa de ti, Gilberto.

 


 

(*) Los detalles de la crisis explosiva de 1982-83, y la característica de estos grupos, han sido largamente explicadas en nuestra prensa y textos dedicados al tema; por tanto, no tienen cabida en esta rememoración.

(**) Durante años, antes de militar en el partido, Poeta fue vulgar y cínicamente utilizado hasta la cuerda para animar los actos políticos de diversas organizaciones izquierdistas oportunistas cual más, pero luego del golpe fallido de 2OO2 contra Chávez, estas mismas fuerzas buscaron lincharlo; una poblada organizaron alrededor de su casa, acusándolo descaradamente de estar de parte de los golpistas - por el hecho de criticar al falso socialismo chavista...!

Pero hay más, en el «23 de Enero», la antigua sección fue amenazada de muerte y acusada de trabajar para la policía, esto porque las fuerzas reformistas y estalinistas, que terminaron por imponerse en el quehacer político de esa zona, no aceptaban las críticas o se quedaban en silencio y atacaban por la espalda, con calumnias como esas. Estas fuerzas infames, ligadas íntimamente al gobierno represivo actual, han podido mostrar las pruebas que tenían contra la sección; hoy tienen acceso a todos los archivos de Inteligencia de la República... donde solo podemos aparecer como enemigos jurados del capitalismo!

 

 

Partido comunista internacional

www.pcint.org

 

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