¡Proletarios de Israel!
Vuestro futuro no reside en la colaboración con vuestra burguesía; tampoco reside en la aceptación de masacres de hombres, mujeres, viejos y niños por parte de carros blindados con la estrella de David, ni mucho menos en las estériles marchas por la paz ¡que jamás han detenido las guerras! El pretexto del "terrorismo" no debe paralizarles, puesto que este "terrorismo" es utilizado por la burguesía para obligarlos una vez más a la unión sagrada. La burguesía tiene la absoluta necesidad de encadenarlos a sus exigencias, a sus objetivos: sin el apoyo de ustedes, sin vuestra complicidad y silencio, ella no podrá ya defender sus intereses de clase ni hacer la guerra a los palestinos o a otros países. Los atentados, la burguesía los utiliza para justificar estas operaciones militares junto con todas las medidas políticas y sociales; si no existieran, la burguesía los hubiera inventado.
Vuestro futuro reside en la lucha proletaria, ante todo contra la propia burguesía, lucha en la cual no podrán encontrar otros aliados que vuestros propios hermanos de clase proletaria, más allá de la nacionalidad; y vuestros hermanos de clase son ante todo los proletarios palestinos hacia quienes deben montrar una solidaridad activa ya que ellos son oprimidos por vuestra burguesía. Pero para solidarizarse en tanto que proletarios, es indispensable romper los vínculos que los obligan a la colaboración con el vuestro gobierno, vuestros burgueses y vuestros capitalistas.
No es sino rompiendo tales vínculos, liberandose del sofocante apretón del nacionalismo hebreo y del democratismo burgués, que se podrá no solamente ser solidarios con los proletarios palestinenses, sino también ser capaces de defender vuestros intereses de clase
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¡Proletarios palestinenses!
A ustedes siempre se les ha indicado a Palestina como la patria a conquistar, a la cual dedicar todas las fuerzas, todas las energías, toda vuestra vida. La opresión nacional que Israel ejerce sobre ustedes así como sobre toda la población palestinense, los conduce a identificar vuestros intereses vitales con los intereses "nacionales", con los intereses de la burguesía nacional.
Toda patria es un objetivo burgués y exclusivamente burgués. Ella se define como un territorio sobre el cual la burguesía edifica su Estado con todas sus instituciones, su ejército, su policía y sus tribunales, crea su mercado, fabrica su moneda, produce sus mercancías, un territorio en que élla se arroga el derecho de explotar directamente a sus proletarios (y tal vez los proletarios de países más pobres) para sacar el provecho que la hace vivir. ¡Los proletarios, puesto que no tienen reservas, tampoco tienen patria!
Ustedes son la demostración práctica de este axioma marxista: usted es proletario explotado en Israel, en Jordania, en el Líbano, en Siria, Egipto, Italia, Francia, en América o en cualquier otro lugar. El proletario está obligado a vender su fuerza de trabajo, cualquiera sea el país en el cual se refugia, a cualquier patrón que tenga la intención de explotarlo para arrancar ganancias de su trabajo.
En tanto que proletarios, particularmente si trabajan en Israel, sufren dos tipos de opresión: a la opresión salarial que los une a la suerte de los proletarios del mundo entero, se agrega la brutalidad de la opresión nacional por parte de un país que se jacta de ser la sola "verdadera democracia" de todo Medio Oriente. Pero la lucha contra la opresión nacional ejercida contra vosotros no debe hacerles olvidar que la burguesía palestinense no busca sino utilizarlos, ¡no trata de utilizar vuestra combatividad, valentía y sangre más que para sus propios intereses específicos de clase!
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(Extracto y traducido de "El marxismo y la cuestión palestinense", suplemento n° 30 a "programme communiste")