«La materia nunca muere»

 

(«El proletario»; N° 11; Agosto - septiembre - octubre de 2016)

 

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Estamos en los años de crisis de los frentes guerrilleros que todavía medio funcionaban en Venezuela... En esa atmósfera, un grupo de jóvenes, cercanos al partido armado Bandera Roja, de tendencia neo-estalinista, y a otras organizaciones del mismo estilo, comenzaron a organizar círculos de estudio, con el fin de clarificarse en torno a las diversas crisis políticas de estos grupos que también eran crisis ideológicas, al vaivén de la llamada «guerra fría»: se pensaba, por ejemplo, qué sentido tenía cargar un fusil al hombro en plena montaña, lejos de todo, teniendo como objetivo la misma democracia burguesa, disimulada detrás de una supuesta «democracia popular», o «liberación nacional», que los perseguía y asesinaba; o por qué seguir viendo a Cuba y a la URSS como Estados socialistas; o, constatando que el Estado ruso no era «de todo el pueblo», cuál era entonces la naturaleza económica y política de la URSS.

Ante las incoherencias y absurdidades que todos estos grupos pregonaban, en aquellos círculos de estudio se fue fermentando el acercamiento a otras posiciones poco conocidas en Venezuela, entre ellas las de la Izquierda Comunista y de uno de sus dirigentes en particular: el «innombrable» Amadeo Bordiga y el Partido Comunista Internacional del cual fue uno de sus promotores. En este proceso de estudio y en medio de las primeras dificultades sociales y económicas del país petrolero, un puñado de activistas, entre ellos Gilberto Brizuela, deciden tomar contacto y adherir a las tesis del partido de la época; fundan la primera sección del Partido Comunista Internacional en Venezuela. Lamentablemente, con el estallido de la crisis del partido, la joven sección recién formada -  cargada de las inevitables limitaciones teóricas e históricas, idiomaticas e incluso geograficas - se desestabiliza y Gilberto entra en contacto y se pierde en diversos grupos que también se reclaman de la Izquierda Comunista (1).

«Poeta», como le decían en su barrio, no era poeta; escribía con la misma calidad que tenía Marx cuando escribía versos a su mujer: pésima, y además, nunca salió de su casa. Pero sí fue un gran declamador y recitador de poesía de primer orden (de allí el malentendido), ¡un intérprete capaz de levantar a cualquiera de su asiento! Era una fuerza dramática que, desde el verbo hecho persona, humilde entre los humildes, llamaba a participar, a la calle y a la acción, a la militancia. Y asi fue, aplicó en su propia persona lo que recitaba, se volvió un militante sensible a los problemas políticos y teóricos de la revolución proletaria; y desde que la primera vez, en 198O, agarró los textos verdaderamente comunistas, contra viento y marea, no los soltó hasta su muerte acaecida el 27 de abril de 2016. Y miren que en Venezuela, frente a tanto perro estalinista aullando todavia (2), la presión mental y física es extrema, la misma que puede sufrir un objeto estático frente a un ciclón, y que a veces reclama una resistencia sobrehumana.

El título que hemos puesto a este obituario obedece a una anécdota, negra y risueña a la vez: precisamente en esos círculos de estudio que ya hemos hablado, un buen día en plena lectura de Engels y el materialismo marxista, llega retrasada a la casa de la reunión una participante, diciendo que su tío había muerto... el joven Gilberto no tardó en lanzarle su frase favorita, prestada al químico francés Lavoisier: «¡la materia nunca muere!»... la muchacha se puso a llorar.

Lo que pasa es que cuando esa materia hecha de sangre, cartílagos y huesos se llama Gilberto Brizuela, y conocemos su historia militante y comunista, esta sigue viviendo en nuestra memoria, y se vuelve acicate para seguir en nuestra dura tarea de mantener encendida, más allá de la muerte individual, la llama del comunismo revolucionario, aunque produzca cierta tristeza y melancolía esa materia ahora transformada...

La clase obrera mundial puede sentirse orgullosa de ti, Gilberto.

 


 

(1) Los detalles de la crisis explosiva de 1982-83, y la característica de estos grupos, han sido largamente explicadas en nuestra prensa y textos dedicados al tema; por tanto, no tienen cabida en esta rememoración.

(2) Durante años, antes de militar en el partido, Poeta fue vulgar y cínicamente utilizado hasta la cuerda para animar los actos políticos de diversas organizaciones izquierdistas oportunistas cual más, pero luego del golpe fallido de 2OO2 contra Chávez, estas mismas fuerzas buscaron lincharlo; hasta una poblada organizaron alrededor de su casa, acusándolo descaradamente de estar de parte de los golpistas - ¡por el hecho de criticar al falso socialismo chavista...!

 

 

Partido comunista internacional

www.pcint.org

 

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