Francia: Manifestaciones contra el «pase sanitario»

¡La lucha contra el autoritarismo burgués sólo puede llevarse a cabo con posiciones de clase proletarias!

(«El proletario»; N° 24; Agosto - Septiembre - Octubre de 2021 )

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El sábado 24 de julio, decenas de miles de personas (más de 160.000 según fuentes policiales), muchas más que los «antivacunas» que en principio rechazan cualquier vacunación, se manifestaron de nuevo en decenas y decenas de pueblos y ciudades contra el «pase sanitario» y otras medidas del gobierno anunciadas ante la pandemia, como las amenazas de despedir al personal que se niegue a vacunarse, las multas o incluso la cárcel por no mostrar el pase sanitario, etc. Las enfermeras que el año pasado tuvieron que atender a los pacientes sin poder protegerse adecuadamente corren ahora el riesgo de ser despedidas si no lo cumplen.

Estas medidas autoritarias (que, por cierto, contradicen las declaraciones realizadas unas semanas antes...) (1) forman parte de una lógica represiva implementada por los gobiernos, bajo diversos pretextos, mucho antes del inicio de la pandemia. Es una tendencia subyacente que responde a la inexorable exacerbación de las tensiones sociales a medida que las dificultades del capitalismo le obligan a aumentar la explotación del proletariado reduciendo aún más los gastos sociales, denunciados por supuesto como «cargas» intolerables para la burguesía (Macron, 06/12/2018: «la asistencia social cuesta «mucho dinero»). Esta tendencia se manifestó con una fuerza y eficacia sin precedentes cuando en muchos países, desde América Latina hasta Asia, pasando por África u Oriente Medio, los gobiernos adoptaron confinamientos para romper las luchas proletarias y superar sus problemas con el fin de mantener la paz social.

Asimismo, la imposición de sucesivos encierros, el estado de emergencia permanente y la adopción de medidas autoritarias por parte del gobierno francés tiene su origen en el hecho de haberse enfrentado anteriormente al movimiento de los Chalecos Amarillos y a las luchas contra el ataque a las pensiones. Esto también explica la reciente aprobación de leyes represivas denominadas de «seguridad global» y contra el «separatismo». El Gobierno no piensa detener sus ataques antisociales, aunque la reducción de las prestaciones por desempleo se haya aplazado hasta principios de octubre y el ataque a las pensiones aún más (Martínez, el jefe de los bomberos sociales, advirtió que de lo contrario sería como «¡añadir aceite al fuego!»). (2).Se prevé que la reducción de las ayudas a la vivienda en vigor desde principios de año ahorre al Estado más de mil millones de euros en 2021, mientras que las ayudas y subvenciones a los empresarios se han multiplicado.

En una situación en la que sigue amenazando una oleada de despidos y planes sociales (175.000 puestos de trabajo estarían en peligro según la OFCE, Capital, 15/07/21) y en la que la tan cacareada recuperación económica resulta cada vez más problemática, es inútil esperar un ablandamiento de la clase capitalista y de su gobierno.

Las manifestaciones contra el pase sanitario tuvieron lugar bajo el grito de ¡libertad! democracia! en nombre del individualismo y detrás de banderas azul-blancas-rojas, señal de su naturaleza política predominantemente pequeñoburguesa. Por eso, al igual que en los demás grandes países donde se han producido estas manifestaciones (Estados Unidos, Alemania, etc.), hay corrientes de extrema derecha. La creencia en una democracia ideal y las ilusiones de una lucha «popular» e interclasista que podría hacer retroceder al gobierno son típicas de cualquier movimiento pequeñoburgués, incapaz de comprender que la más democrática de las democracias nunca es más que la máscara de la dictadura de la clase dominante burguesa

Sin embargo, estas manifestaciones también atraen, como siempre en estos casos, a elementos proletarios que desean demostrar su hostilidad al poder. Pero en ausencia de una fuerza de clase, sus intereses se ahogan en la melaza de una falsa unanimidad «popular» dominada por todas las ilusiones pequeñoburguesas.

Las corrientes de izquierda y de «extrema» izquierda que apelan a ella no lo hacen para defender una orientación de clase que rompa esa unanimidad, sino todo lo contrario. Así, un texto «unitario» firmado por France Insoumise, Solidaires, NPA, UNEF, etc., fundamenta su oposición al pase sanitario en la forma «antidemocrática» en que se ha tomado la decisión de introducirlo, «por un solo hombre» (¡!), un método «que genera fuertes tensiones, perjudiciales en medio de una crisis epidémica» (¡!), y concluye apelando a la contribución «de las multinacionales y los más ricos» a la «solidaridad nacional»(¡!) (3). Como si Macron decidiera por su cuenta en función de lo que tiene en mente, como si el propio capitalismo no generara constantemente tensiones y como si la solidaridad nacional no fuera una estafa propagada por la clase dominante!

En realidad, Macron y su gobierno no son más que los administradores del poder burgués, que navegan según los intereses, a veces contradictorios, de la burguesía. Y las fuertes tensiones que nuestros demócratas temen indican, por el contrario, la vía de salvación del proletariado frente a la presión y la opresión burguesa: la vía de los enfrentamientos abiertos contra los capitalistas y su Estado, la vía de la reanudación generalizada de la lucha de clases contra el capitalismo.

El capitalismo y los estados burgueses son los responsables últimos de la catástrofe sanitaria mundial de la pandemia por su negligencia criminal a todos los niveles hacia las necesidades de la salud pública. Desde el principio, han respondido a esta pandemia aumentando desproporcionadamente su control social, prohibiendo, reprimiendo, con todas sus fuerzas; en una palabra, vertiendo las consecuencias de un modo de producción basado en la búsqueda «a toda costa» del beneficio sobre la población en general, pero sobre todo sobre los proletarios obligados a trabajar sin protección o sumidos en la pobreza. Las últimas medidas anunciadas lo demuestran una vez más, amenazando a los trabajadores con el despido y cargando de nuevo su vida cotidiana (¡mientras que los diputados se han eximido del pase sanitario para sentarse en el parlamento!); incluso si la vacunación fuera eficaz, no puede por sí sola superar la epidemia en la ausencia todavía conspicua de hospitales y medios de prevención: sus medidas de emergencia están dictadas en realidad no por las necesidades sanitarias de la población, sino por las necesidades de la economía capitalista.

Contra la presión inexorablemente creciente del capitalismo, de la que el pase sanitario es sólo un ejemplo, las marchas, por muy numerosas que sean, serán siempre totalmente insuficientes: sólo una fuerza suficientemente poderosa puede hacer retroceder al poder antes de derrocarlo. Esta fuerza es la del proletariado, en la medida en que redescubre sus armas y sus orientaciones de clase y en la medida en que reconstituye su partido, revolucionario e internacionalista, para dirigir su lucha hasta la victoria final. En un futuro más o menos próximo, el proletariado será llamado de nuevo a luchar para defenderse; la burguesía se está preparando para esa lucha. El proletariado debe también prepararse, prepararse para luchar en su propio terreno, el del choque de clase contra clase.

 26 de Julio de 2021

 

¡Contra todas las ofensivas antiproletarias debemos volver a la lucha de clases contra el capitalismo y el Estado burgués!

 


 

(1) «El pase sanitario nunca será un derecho de acceso que diferencie a los franceses. No podría ser obligatoria para acceder a lugares de la vida cotidiana como restaurantes, teatros y cines (...)» entrevista a Macron en el Parisien, 29/04/2021

(2) Declaración sobre LCI, 07/05/2021

(3) Libération, 22/07/2021. Si entre los firmantes figuran dirigentes sindicales de la CGT, esta última, como organización, no se considera implicada, sin duda por no querer comprometer su condición de interlocutor social responsable.

 

 

Partido comunista internacional

www.pcint.org

 

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