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Israel, sanguinario ejecutor del orden capitalista mundial

 

 

Después de una semana de bombardeos aéreos que han dejado más de 450 muertos y 2000 heridos, en la tarde del sábado 3, el ejército israelí comenzó su ofensiva terrestre en Gaza. Sus oficiales han declarado que la operación sería «larga». La odiosa propaganda israelí, difundida por la mayoría de los medios internacionales,  presenta el sangriento ataque como una “respuesta” al lanzamiento de misiles de los «terroristas» de Hamas que detentan el poder en Gaza.

“Olvidan” mencionar que, durante diecinueve meses, Israel ha impuesto un bloqueo total desde hace un año sobre el millón y medio de habitantes de Gaza, lo que ha llevado a la mayoría de la población a la miseria (mientras que algunos lo han aprovechado enriqueciéndose con el contrabando, el 80% de la población ha caído bajo el umbral de la pobreza) causando un desempleo masivo (cerca del 65% de la población activa) y hambre (el 60% de los niños sufren de malnutrición)

Cuando fue Hamas, quien ganó las elecciones en Gaza en enero de 2006, y no las corrientes colaboracionistas como era su deseo, los gobiernos democráticos de Israel y América declararon que «ahogarían» a este gobierno; los gobiernos democráticos europeos les dieron todo su apoyo cortando toda «ayuda humanitaria» a Gaza (¡excepto aquella destinada a la policía!). Los ligeramente democráticos gobiernos árabes de la zona les siguieron.  Esta política militar (y la presión económica) continuó hasta la imposición del bloqueo territorial con la ayuda de Egipto (que controla uno de los puntos de salida de Gaza) luego de que los partisanos de Fatah (armados por Israel) fueron derrotados militarmente por los de Hamas.

Reaccionario, religioso y anti obrero, el partido de Hamas había ganado las elecciones debido al descontento popular contra el despilfarro, la corrupción y el descarado enriquecimiento de los líderes de Fatah. Presentándose como enemigo irreconciliable de la dominación israelí, luego de ganar las elecciones, Hamas no ha dejado de hacer gestos de apertura hacia Israel. Pero, para el gobierno israelí, así como para sus padrinos imperialistas, esto no ha sido suficiente: lo que ellos desean es que la autoridad de Gaza esté bajo su bota como fieles perros guardianes y que sólo se ocupen de controlar a la población, tal como lo hizo la Autoridad Nacional Palestina de Mamoud Abbas en la zona Oeste.   Está claro que la democracia debe servir a los intereses del colonialismo y del imperialismo. Si no, no sirve. En junio de este año, Israel rompía la tregua que había sido negociada discretamente con los «terroristas» de Hamas, matando, en Gaza, en noviembre, a catorce palestinos y a otros ocho en diciembre (en octubre, otros cuatro habían sido asesinados por el ejército israelí en la zona oeste).   La inevitable respuesta de Hamas, con el lanzamiento de sus cohetes artesanales, ha sido el pretexto que esperaban los israelíes para emprender los actuales ataques. De acuerdo con la prensa israelí (cf. Haaretz del 31/12/08) paralelamente a las negociaciones para la tregua, esta operación militar se comenzó a preparar seis meses antes.   ¡El ejército israelí necesitaba tiempo para obtener información sobre las posiciones de Hamas y los «grupos militares» existentes en Gaza!

 

¡LOS ESTADOS UNIDOS, LA UNIÓN EUROPEA Y LOS ESTADOS ÁRABES SON CÓMPLICES DIRECTOS!

 

Los Estados Unidos aprobaron oficialmente los ataques israelíes. Una operación de este calado necesariamente debía recibir su luz verde de antemano; esto es demostrado por el hecho de que, en septiembre, el congreso americano autorizaba el envío a Israel de las pavorosas bombas fabricadas con uranio empobrecido (que también fueron utilizadas para bombardear a Yugoslavia y a Irak). Los primeros envíos tuvieron lugar a principios de diciembre, para que estas bombas pudieran ser lanzadas sobre Gaza al comienzo de los bombardeos. Por su parte todos los gobiernos europeos tuvieron cuidado de no condenar los ataques israelíes (cuando no los apoyaron abiertamente, como hizo la presidencia checa de la Unión Europea), como mucho apelaron hipócritamente a un «alto el fuego humanitario», como para dar buena impresión con respecto a   su opinión pública. Los actos son más esclarecedores que los vacios discursos: bajo el liderazgo francés, el ocho de diciembre, después de que el Parlamento Europeo decidiese posponer la firma del acuerdo sobre la situación en Palestina (tontos sean los que aún crean en las elecciones europeas), el ministerio de Asuntos Exteriores de los veintisiete países decidía por unanimidad acelerar el proceso de «mejora» de las relaciones con Israel con el objetivo de otorgarle el estatus de Estado cuasi miembro. Era necesario actuar rápido, tomar una decisión de este tipo es difícil en medio de una guerra…  Muy difícil creer, además, que Rusia, miembro del «Cuarteto» (…por la Paz en el Medio Oriente), supuestamente responsable del proceso de las así llamadas «negociaciones de paz», pero muy interesada en el desarrollo de sus relaciones económicas con Israel (principalmente en materia de armamento), hubiese podido representar para este ultimo un obstáculo y crearle impedimentos.

Por último, el gobierno israelí avisaba al gobierno egipcio sobre estos ataques, sin que aparentemente este último expresara algún desacuerdo (cg, Haaretz, ibid.).  Luego de varios días de bombardeos israelíes, este hecho habla hasta las náuseas acerca de la sinceridad de la «condena» egipcia…   Durante la guerra del Líbano, los gobiernos árabes desearon la victoria de Israel porque querían poner fin al peligro potencial que representan las masas palestinas para el orden burgués: aún en el rarísimo caso de que Israel lo aceptara, de todos modos sería imposible garantizarles el derecho de autodeterminación, esto es, el derecho a formar un Estado sin poner en peligro el equilibrio regional y, sobre todo, sin que esto supusiese un impulso a la lucha de todos los oprimidos de la región.

Después de quince años de los «históricos acuerdos de paz» de Camp David, bajo la égida de los Estados Unidos y con la bendición de la «Comunidad Internacional», las organizaciones nacionalistas que aceptaron dejar la lucha y dedicarse a hacer dinero han sido integradas en la burguesía palestina. Pero la situación de los proletarios no ha hecho más que empeorar, la colonización no ha dejado de crecer, e Israel nunca ha cesado de reforzarse.  Las organizaciones religiosas como Hamas, que han remplazaod a las desgastadas formaciones nacionalistas, no pueden constituir una alternativa real para las masas explotadas y oprimidas de Palestina porque, a la par de que han mostrado su naturaleza antiproletaria rompiendo huelgas, como buenas organizaciones burguesas que son, no buscan sino un lugar dentro del orden imperialista regional.

Sin embargo, es este orden imperialista y no Israel, su sanguinario ejecutante, el responsable de la opresión de las masas palestinas. Sin el apoyo político, financiero, militar y sobre todo económico de los Estados Unidos, contando además con el apoyo de la Unión Europea, el Estado Judío no hubiera tenido la fuerza necesaria para obtener esa sólida «unión sagrada» entre clases que constituye el verdadero secreto de su fuerza militar. Todo el mundo sabe que esta «Comunidad Internacional», formada por los grandes –y no tan grandes–  Estados burgueses que dominan el mundo, más allá de las innumerables declaraciones de paz que se firmaron tan pomposamente, nunca ha hecho nada para obligar a Israel a cumplir las sanciones de la ONU. En la política internacional, así como en las relaciones entre las clases, son los intereses del más fuerte los que predominan, y es la fuerza –y no las leyes– la que manda.

Pero las masas palestinas no están condenadas a ser aplastadas eternamente bajo el talón de hierro israelí e imperialista; de la misma manera que el proletariado de todos los países no está condenado a ser explotado eternamente y a ser usado como carne de cañón. La lucha revolucionaria de los proletarios, aquellos que no tienen nada que perder, excepto sus cadenas, es la única fuerza capaz de poner fin al orden imperialista mundial y a todos los Estados burgueses, porque es su explotación la que hace que el capitalismo de cada país funcione, por lo tanto los proletarios tienen una fuerza superior a la de los Estados burgueses, la fuerza para derrocar al capitalismo, siempre que encuentren la vía de la lucha y la organización de clase, revolucionaria e internacional por naturaleza.

Los proletarios de los países imperialistas tienen una responsabilidad inmensa, ya que el Estado israelí necesita de la asistencia de «sus» Estados, de «sus» imperialismos, para continuar sus crímenes en Palestina. Retomando la lucha de clase anticapitalista prestarán una ayuda decisiva a las masas palestinas rompiendo esta asistencia, especialmente indicarán a los proletarios palestinos (y a los de todos los países) la única vía de lucha efectiva contra la opresión, mientras que contribuye a la ruptura del proletariado judío de Israel con su burguesía. Esta tarea no es sencilla ni inmediata, pero es infinitamente más realista a que la Comunidad Internacional o la ONU hagan respetar el «Derecho», o a que los deseos de que «las negociaciones de paz comiencen de nuevo» mientras que, durante décadas, sólo han tenido éxito en aportar guerra y masacre, una y otra vez.

La única solidaridad con las masas palestinas, que no sea una simple palabra vana, sólo puede expresarse en la reanudación de la lucha proletaria aquí mismo, en el corazón de los países imperialistas, contra el capitalismo y todos los Estados burgueses. Hoy no existe una tarea más urgente que trabajar para preparar la recuperación, trabajar para la ruptura de la clase obrera con el colaboracionismo de las organizaciones que la paralizan y para reconstituir el futuro órgano esencial para la lucha proletaria: el partido de clase internacionalista e internacional el cual tendrá como tarea la unificación de la lucha de los proletarios y oprimidos del mundo para lograr el triunfo de la revolución comunista internacional, necesaria para derrocar el capitalismo mundial.

 

¡ISRAEL  ASESINO, ESTADOS UNIDOS, UNIÓN EUROPEA Y ESTADOS ÁRABES CÓMPLICES!

¡SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA CON LAS MASAS PALESTINAS!

¡LARGA VIDA A LA LUCHA PROLETARIA INTERNACIONAL CONTRA EL CAPITALISMO MUNDIAL!

 

Partido Comunista Internacional

4 de enero de 2009

www.pcint.org

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