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Prises de position - Prese di posizione - Toma de posición - Statements                        


 

Elecciones europeas: ¡otra mentira democrática más!

 

¡Proletarios!

 

La crisis económica que ha golpeado el famoso PIB de los países más industrializados helando la sangre a los capitalistas, y, que ahora se abate sobre el nivel de vida de millones de trabajadores de Europa y de otros continentes, muestra crudamente la realidad del conflicto entre las condiciones de vida y de trabajo de los proletarios y los privilegios de las clases burguesas.

 

¡Proletarios!

 

Para ustedes, el presente significa expulsión de la producción, despidos, desempleo crónico, miseria; comporta precariedad y dificultad creciente de la vida cotidiana, implica la  intensificación de la explotación del trabajo asalariado – cuando hay trabajo.  El futuro que prepara el capitalismo va a significar la agravación de todas las condiciones, incluyendo las más elementales de vida y de trabajo, va a crear una profunda y durable inseguridad. En fin, para realizar e incrementar sus beneficios y rentas, los burgueses no tienen ningún escrúpulo en arrojar al hambre y la miseria a millones de proletarios.

 

¡Proletarios!

 

El capitalismo no saca su linfa vital más que de vuestra explotación día tras día, hora tras hora, cualquiera sea el régimen político en plaza; no es sino por medio de la usurpación sistemática de la plusvalía, extraída a partir del trabajo asalariado, que los capitalistas garantizan sus beneficios y privilegios, y dentro de un sistema donde la sobrevivencia de todo ser humano depende de la buena marcha de las ganancias: no puede haber beneficio capitalista, sin explotación de trabajo asalariado.

Los intereses económicos, sociales y políticos de las clases burguesas se encuentran al extremo opuesto de los intereses económicos, sociales y políticos de los proletarios. Pero la experiencia de gobierno de las clases burguesas dominantes en Europa desde hace 150 años les ha enseñado que el mejor medio para mantener su dominación sobre la sociedad es la utilización de la democracia, es decir, de la mentira más refinada y perniciosa…

Democracia puede significar "poder del pueblo"; pero, desde que las revoluciones burguesas terminaron su tarea histórica de romper las cadenas del feudalismo y del absolutismo que bloqueaban el progreso de toda la sociedad, la palabra "pueblo" es una ilusión: de un lado están las fracciones burguesas mas fuertes quienes han llegado al poder y dirigen a la sociedad; del otro, una clase particular ha aparecido, opuesta a esta organización social de la cual ella es víctima, y que está basada en la mercancía, el capital, el dinero, la propiedad privada, la apropiación privada de la riqueza social: la clase de los desheredados, la clase proletaria.

La burguesía utiliza en política las mismas armas que utiliza en economía: detrás de la ficción de igualdad, el fraude, la mentira, la estafa, el recurso a la fuerza política y militar para hacer prevalecer sus intereses. No existe democracia burguesa sin policía y sin utilización de la fuerza por el Estado; no existe democracia sin explotación de la fracción más prominente de la población a favor de una minoría, no hay democracia sin defensa de la ganancia y de la propiedad privada. La democracia burguesa difunde las ilusiones de igualdad de todos los ciudadanos, de intereses comunes a todos, de libertades individuales, para esconder la realidad de la desigualdad social fundamental, de la oposición de intereses entre clases, de negación practica y sistemática de "derechos" proclamados por todas las constituciones republicanas: derecho a la vida, derecho al trabajo, derecho a escoger su vida… Así como la burguesía nunca conquistó pacíficamente ningún "derecho" cuando luchaba contra el feudalismo, ¡en la realidad de la sociedad burguesa, los proletarios jamás han conquistado "derecho" alguno sin luchas encarnizadas!  

 

¡Proletarios!

 

Por enésima vez, las clases dominantes burguesas les empujan a "expresar" de manera mecánica, incontrolable e impotente la "decisión" de votar por "representantes nacionales" que, según ellos, contribuirá en la construcción de una "casa común" llamada Europa donde todos sus habitantes se encuentran supuestamente bajo un mismo pie de igualdad. ¡Nada más falso! La democracia burguesa ha demostrado no poder resolver la cuestión fundamental para todo ser humano, tal como es la de una vida digna, harmoniosa, solidaria. Millones de proletarios en Francia, Alemania, España, Italia, Polonia y en todos los demás países que componen la llamada Unión Europea – y del mundo – se encuentran obligados a vivir una vida cada vez más difícil, cada vez más incierta, agotados por el trabajo cuando logran conservarlo, o por la búsqueda del mismo.

La crisis capitalista actual acentúa aun más la tendencia de fondo en todos los países capitalistas, cual es la protección de los intereses nacionales, la defensa de la red de intereses económicos y políticos cuyo eje de apoyo es el Estado nacional. Lo hemos visto cuando la quiebra de las bancas americana, inglesa, holandesa, etc., y luego de operaciones aún activas por parte de cada Estado buscando socorrer a sus respectivos sistemas bancarios y financieros nacionales. Lo vemos con las grandes operaciones de concentración capitalista tal como en el sector automotriz, donde americanos, chinos, rusos, italianos, etc., se disputan la supremacía del mercado mundial. Lo vemos sobre todo a nivel de productos nacionales: así como bajan los P.I.B. nacionales junto a las tasas de ganancia media, los "amortiguadores sociales" tienden también a reducirse. Luego de la segunda carnicería mundial los países imperialistas "democráticos" tomarán para sí la utilización los amortiguadores sociales instituidos en los países imperialistas fascistas (el famoso "Eje"), con el fin de obtener una adhesión de masas mediante un interclasismo forzado. Las burguesías "democráticas", en busca también de un apoyo a largo plazo de las masas proletarias desarrollarán en grande toda una red de estos mismos "amortiguadores sociales". En Italia, el método fascista fue eficaz durante veinte años, ¡pero, el método democrático ha sido exitoso desde hace más de sesenta años, gracias muy particularmente a la contribución decisiva del reformismo nacional-comunista! En ambos casos la meta social y política es la misma: el interclasismo, la colaboración entre las clases, tratando de hacer creer que en la sociedad moderna patronos y obreros, gobernantes y gobernados, explotadores y explotados tienen los mismos intereses fundamentales, los mismos objetivos y métodos para hacer valer sus puntos de vista.

Esta alianza contra natura entre patronos y obreros refuerza solo a los grupos capitalistas más fuertes y marginaliza a los más débiles, precipitándolos en una nueva forma de colonialismo imperialista. A la sumisión de los trabajadores al dominio de la burguesía, responde el servilismo de la pequeña burguesía que solo puede conquistar su plaza repugnante en la gestión interclasista del poder burgués, a condición de intoxicar con supersticiones democráticas las tentativas proletarias de romper con esta alianza mortal. Sin embargo, la expansión capitalista y la generalización del colaboracionismo interclasista no han hecho disminuir las contradicciones sociales inherentes al modo de producción capitalista; es lo que demuestran no solo las crisis que han estallado desde el fin de la segunda guerra imperialista mundial, sino también el incremento de otro fenómeno típico del capitalismo: la acumulación de la riqueza entre las manos de una minoría cada vez más reducida de burgueses y la acumulación de la miseria entre una mayoría proletaria; ninguna constitución democrática, ningún método de colaboración de clases podrá jamás impedir las consecuencias inevitables del capitalismo, que va de crisis en crisis, en giros cada vez mas catastróficos.

 

¡Proletarios!

 

La Europa por la cual son llamados a votar es la Europa de los capitalistas, la de los colonialistas de ayer que continúan explotando a las masas de sus antiguas colonias; la Europa de los Estados burgueses que hablan de paz al mismo tiempo que desarrollan guerras, lejos de sus metrópolis, preparando el escenario crucial que deberá responder a crisis todavía más graves y a divergencias interimperialistas todavía más agudas hasta que estalle un tercer conflicto mundial de grandes proporciones y destrucciones. Es durante los periodos de paz que el imperialismo prepara las condiciones de la guerra; es en los periodos de democracia que las clases dominantes preparan a los proletarios a que acepten sacrificios mucho más duros que en el pasado: la miseria, el hambre, el trabajo extenuante, las migraciones cada vez más desesperadas.

 

¡Proletarios!

 

Uds. no pueden dejar su futuro en las manos sangrientas de las clases burguesas, responsables de todos los muertos que caen hoy en las guerras de rapiña que estallan tan frecuentemente en África, Medio Oriente, Afganistán, tal como ayer cayeron en los Balcanes, en el Líbano, en Irak y otra vez en África. La realidad burguesa no es sólo la de los amortiguadores sociales para algunos y de buenos salarios para otros; es el agotamiento, las muertes en la empresa, los salarios de miseria, la precariedad y el servilismo para masas cada vez más grandes de proletarios. La Europa que pudiese representar una tabla de salvación para millones de emigrados se revela cada vez más claramente como un vasto campo de concentración que deja libre curso a los abusos policiales. ¡Los burgueses mismos ya no esconden estas condiciones, mostrando lo que mañana será una amenaza constante sobre las cabezas de todos los trabajadores por igual!

 

¡Proletarios!

 

El futuro puede ser otra cosa completamente diferente a lo que ofrece el capitalismo y la burguesía, pero a condición de luchar realmente. No se puede luchar con el cartón electoral, ya que las elecciones no sirven sino para alimentar la ilusión democrática y la colaboración de clases: una de las causas determinantes de la parálisis del proletariado.

Pero, para que esta lucha sea eficaz, para que abra la vía a un futuro diferente para toda la humanidad, la lucha obrera debe ser una lucha de clase: debe apoyarse clara y conscientemente sobre la realidad material del antagonismo que existe entre las clases en la sociedad burguesa. Los proletarios constituyen la mayoría de la población, ¡pero su número no tiene ningún peso, si no se manifiesta en la lucha colectiva abierta, en la lucha de clase!

La lucha debe romper con la colaboración entre las clases, romper con la paz social, con los métodos que hacen depender la defensa de los intereses proletarios del "crecimiento económico" (léase: crecimiento del capitalismo), de los intereses de la economía nacional, regional o de empresa, de "planes anti-crisis" establecidos por las instituciones burguesas, es decir, de la sujeción completa a los intereses capitalistas.

 

¡Proletarios!

 

Las elecciones consisten simplemente en escoger a los políticos que, cada uno a su manera, planteándolo incluso en el parlamento europeo, van a continuar con la política democrática de colaboración entre las clases – que no puede significar más que la defensa de los intereses de la clase dominante burguesa y de su sistema, a costa de los intereses de los trabajadores; así como no puede existir un Estado burgués democráticamente al servicio de las masas explotadas, tampoco es posible una "Europa de los trabajadores" o "de los ciudadanos", animada por un espíritu de justicia e igualdad, una Europa por encima de las clases y de los Estados.

 

¡No a la papeleta electoral! ¡No a la mentira democrática!

¡Si a la lucha de clase por la reorganización de clase en el terreno de la defensa inmediata de las condiciones de vida y de trabajo!

¡Contra toda colaboración de clases, contra toda competencia entre proletarios!

¡Contra la Europa de la explotación capitalista, lucha de clase internacional!

¡Por la unificación de las luchas de los proletarios autóctonos e inmigrados!

¡Por que los proletarios asuman la responsabilidad de su propio destino histórico, luchando por su emancipación del trabajo asalariado y del capitalismo!

¡Por la reconstitución de las organizaciones económicas de defensa, sobre la base de sus propios intereses de clase del proletariado!

¡Por el partido de clase proletario, internacionalista e internacional!

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

    

Partido Comunista Internacional

28 de mayo de 2009

www.pcint.org

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