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Prises de position - Prese di posizione - Toma de posición - Statements                        


 

El régimen marroquí asesina de nuevo a saharauis con la complacencia de los imperialismos europeos y norteamericano.

 

 

Según informa el diario burgués El País, el domingo 24 de septiembre comenzó en Dajla, en el Sahara Occidental, una nueva oleada de violencia ejercida por el gobierno marroquí contra la población saharaui que se saldó con tres muertos y más de una veintena de heridos. Tras un partido de fútbol en el que se ondearon banderas del Frente Polisario, los colonos marroquíes que habitan en la barriada de Al Wakala, que son utilizados de manera recurrente en tareas represivas contra la población saharaui, mayoritaria en  la ciudad, atacaron armados a los aficionados que salían del estadio, acuchillándoles, arrollándoles con coches todoterreno. Después de esto la ciudad fue escenario de horas de disturbios en los que los grupos para policiales de magrebíes asaltaron comercios, incendiaron vehículos y hogares de saharauis y acabaron por asesinar a alguno de quienes prestaron resistencia, si bien también murieron dos policías marroquíes durante los disturbios.

Al día siguiente, el martes 27 de septiembre, un millar de saharauis de Dajla (ciudad de 60 000 habitantes situada en la costa atlántica, a unos 550 kilómetros de la capital del Sáhara Occidental, El Aaiún,  donde hace unos meses estalló la revuelta tras el desmantelamiento del campamento de protesta que los habitantes de la ciudad habían levantado a las afueras) protestaron ante la sede del gobierno civil. La respuesta del Estado Alauí, que es quien se encuentra realmente detrás de estos sucesos, fue aumentar la presencia militar y policial en la ciudad, acordonar los barrios saharauis y dar paso a una represión más específica centrada en los militantes de distintas organizaciones saharauis. De hecho durante las semanas siguientes, según el portal independentista SaharaLibre.es, al menos dos fueron detenidos por el ejército sin que se conozca su paradero, con lo cual no es descabellado pensar que puedan encontrarse presos en alguna de las cárceles secretas que el Marruecos utiliza para torturar y asesinar a los miembros más destacados del movimiento independentista saharaui, ayer de la guerrilla del Frente Polisario, hoy de cualquier organización cívica que aparezca en las movilizaciones por pacíficas que resulten.

Lejos de ser una cuestión relativa a la vaga solidaridad verbal que manifiestan los partidos oportunistas en España, manifestada meramente mediante apoyo caritativo y teatral que puntualmente es publicado en la prensa de estas organizaciones, para el proletariado español el problema de la opresión colonial que sufre el pueblo saharaui, no es algo baladí. En diciembre de 2010, después de los acontecimientos en el campamento de protesta de El Aaiún, publicábamos en nuestro periódico en lengua italiana:

 Los comunistas sostienen el “derecho” a la autodeterminación de los pueblos oprimidos no sólo dirigiéndose a las poblaciones oprimidas, para demostrar estar contra cualquier opresión, sino sobre todo, dirigiéndose a los pueblos que oprimen a otros pueblos, para colocar a los proletarios de los países opresores en situación de hacerse cargo del deber político de clase de luchar porque este “derecho” sea reconocido realmente por las propias clases dominantes. Sólo de esta manera los proletarios de los pueblos oprimidos podrán distinguir netamente la burguesía del proletariado de los países opresores, reconociendo al proletariado del país opresor como el auténtico aliado de clase contra cualquier burguesía, por tanto también contra su propia burguesía que mira, a su vez, por obtener de la burguesía más fuerte y opresora una cierta “independencia política” con la finalidad de lograr su cuota de explotación de su “propio” proletariado.

No por casualidad hablamos de “derecho de autodeterminación”: es un “derecho” que avanzamos de manera incondicional pero sobre el terreno de clase, porque en un mañana, tomado el poder político, el poder proletario deberá garantizar este derecho en la práctica pero, al mismo tiempo, deberá sostener la perspectiva de una unión entre los pueblos por encima de las fronteras nacionales que la burguesía erigió y erige siempre y debido a esta perspectiva el poder proletario actúa por una verdadera fraternidad entre los proletarios de las diversas nacionalidades continuando -desde una posición de fuerza que viene dada por la victoria revolucionaria y por el ejercicio de la dictadura de clase- con las mismas posiciones y acciones internacionalistas que han precedido a la revolución. La solidaridad que los comunistas manifiestan hacia las víctimas de la opresión nacional (que en su mayor parte son siempre proletarios y campesinos pobres) forma parte de la lucha que el proletariado del país opresor debe realizar materialmente, de manera abierta, saboteando las acciones represivas de su propia burguesía y demostrando así que la perspectiva de la lucha internacionalista de clase y de la revolución proletaria mundial es un perspectiva real por la cual se bate sin peros ni quizás.

Estas cuestiones, fundamentales en el planteamiento de la cuestión nacional y colonial así como en aquel inmediatamente adyacente que es el de la lucha de los pueblos oprimidos por su libertad nacional y del proletariado de los pueblos oprimidos y opresores por su autoderminación de clase, salvan la distancia que guarda el problema del Sahara Occidental respecto a España, país del que no es colonia inmediata, porque la relación de dependencia, luego de opresión,  respecto a la metrópoli histórica, no ha desaparecido. Además de la responsabilidad histórica que guarda el proletariado español para con el proletariado y las masas proletarias saharauis en virtud de los lazos que le han unido durante décadas de dominio imperialista español sobre la región, aún hoy el capital español invierte en condiciones preferentes en el territorio marroquí y en el saharaui, las relaciones diplomáticas entre la burguesía alauí y la española se corresponden con esta situación de tal manera que se produce una concordancia política entre el imperialismo español y la burguesía alahuí respecto a ciertos problemas, como el saharaui, que quedan aparcados a favor de una mejor marcha de los negocios.

Por ello el apoyo del proletariado español a la lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui no es un asunto irrelevante sino que afecta y afectará directamente al desarrollo de la lucha de clase en España tanto como en la zona del Norte de África.

 

 

Partido Comunista Internacional

9 de octubre de 2011

www.pcint.org

   

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