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«Estado de emergencia» en Portugal:

El gobierno de «izquierda», con el apoyo de sus aliados de «extrema izquierda», suspende el derecho a huelga.

 

 

El 18 de marzo, el parlamento portugués aprobaba el decreto que establece el “estado de emergencia” preparado por el gobierno socialista del primer ministro Antonio Costa. Este se acaba de extender hasta el 2 de mayo. La última vez que se estableció un estado de emergencia en el país fue el 24 de octubre de 1975, cuando el gobierno militar provisional temía un golpe de Estado por parte de los seguidores del ex dictador Salazar.

Bajo el pretexto de combatir la epidemia de coronavirus, el decreto suspende el derecho a huelga, de reunión y manifestación, autoriza la requisición de trabajadores y lanza a la policía tras los recalcitrantes. Costa dijo que con el estado de emergencia, obtenía los medios legales para obligar a las empresas a seguir operando.

La imposición del estado de emergencia no cayó del cielo; respondía a la necesidad de los burgueses de quebrar las movilizaciones de los proletarios; en efecto, en varias compañías los trabajadores paralizaron sus labores espontáneamente para exigir medidas de seguridad o para protestar contra las reducciones salariales a causa de las medidas de desempleo técnico. Por otro lado, con el comienzo del confinamiento muchas empresas en el comercio, la restauración, etc. han despedido a sus empleados, que a menudo son trabajadores precarios. El decreto sobre el estado de emergencia no prevé nada para los proletarios, pero comprende toda una serie de medidas en favor de los capitalistas, como la exención de las cargas sociales, una moratoria sobre el reembolso de sus préstamos o de facilitar el hecho de poner a sus trabajadores en paro técnico con un salario equivalente a un poco menos del 70% de su salario corriente.

Un día después de la votación, la aerolínea nacional TAP Air Portugal anunció el despido de unos 100 empleados (¡en nombre de la lucha contra la epidemia!), mientras que otros 300 fueron despedidos sin paga (1). Groundforce, una compañía de servicios de aviación, decidió el mismo día despedir a más de 500 trabajadores y recortar los salarios a otros 500 (2).

El gobierno no había esperado la votación en el parlamento para atacar a los proletarios: un día antes había requisado a los estibadores de A-ETPL (asociación de 7 empresas de manutención) en Lisboa en huelga desde el 9 de abril por el pago salarios no pagados. ¡Y al día siguiente, la compañía se declaraba en lock-out!

Esto no impidió que los diputados del "Bloque de Izquierda" (un partido supuestamente “radical” y “anticapitalista” nacido de la fusión de maoístas, trotskistas y disidentes del PC) votaran por el estado de emergencia junto con los socialistas, la derecha y la extrema derecha, mientras que los del PC y los Verdes, más hipócritas, se abstuvieron: la realización de la “unión patriótica” elogiada por el PS como por la derecha...

El Bloque de Izquierda, el PCP y los Verdes han apoyado regularmente al gobierno socialista desde que llegó al poder en 2015. A menudo elogiado por la izquierda europea por revertir algunas de las medidas de austeridad más brutales del gobierno anterior, sin embargo este gobierno socialista en lo esencial ha seguido sus mismas orientaciones. Si es necesario demostrar la naturaleza antiproletaria de su política, un ejemplo lo da su rechazo a las demandas de las enfermeras en huelga en 2018 o la huelga de los camioneros: los requisó y  para sofocar la huelga convocó al ejército en agosto de 2018 para conducir los camiones, mientras que el sindicato mayoritario controlado por el PCP jugó al saboteo al firmar un acuerdo con los patronos.

El Bloque de Izquierda, como el PCP, se opuso a la lucha de los trabajadores de Volkswagen en agosto de 2017 contra el trabajo obligatorio los fines de semana, argumentando que la decisión de la compañía era conforme a la ley! Este es un ejemplo entre otros, en general ha seguido apoyando junto con el PCP y los Verdes al gobierno socialista, a pesar de todos sus ataques anti-obreros.

Para defenderse, los trabajadores no pueden confiar ni en estos partidos ni en las grandes confederaciones sindicales colaboracionistas como la UGT (ligada al partido socialista) o la CGTP (el sindicato más grande del país) que han saboteado sus luchas. En una larga declaración del 10 de abril, en la que enumera una serie de demandas, la CGTP las coloca todas bajo las consignas: “fortalecer el Estado” y “desarrollar el país”. ¡Obviamente es incapaz de decir que estas demandas solo podrían obtenerse mediante la lucha contra la burguesía y su Estado y que el desarrollo capitalista del país solo se llevará a cabo en sacrificio de los proletarios!

En Portugal, como en otros lugares, los proletarios solo pueden contar con sus propias fuerzas, con sus propias luchas, emprendidas con orientaciones de clase opuestas a los intereses capitalistas e independientemente de los partidarios de la colaboración de clase. No hay otra solución para resistir los ataques burgueses amplificados desproporcionadamente con el estado de emergencia, antes de poder atacar mañana al capitalismo. En esta perspectiva, deberán trabajar por la constitución de su partido internacionalista e internacional, radicalmente diferente de estos verdaderos sirvientes de la clase dominante cual son los falsos “comunistas” y pseudo-“anticapitalistas”; un partido que no puede ser producto de parches de estos últimos, sino que debe fundarse sobre la base del marxismo invariante y el auténtico programa comunista restaurado y defendido contra viento y marea por la Izquierda comunista italiana.

¡Es una tarea difícil pero esencial que concierne no solo al proletariado de Portugal, sino al de todos los países!

 


 

(1) Al final, el 2 de abril, TAP decidió despedir al 90% de sus empleados (con el 75% de su salario), el 10% aún permanece en el trabajo con una caída del salario del 20%. El Estado portugués posee el 50% de la compañía. Antes de la crisis, la empresa alemana Lufthansa estaba en conversaciones para comprar todo o parte del TAP.

(2) A principios de abril, más de mil trabajadores temporales fueron arrojados a la calle y 2.000 más fueron despedidos por la empresa.

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

20 de abril de 2020

www.pcint.org

 

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