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Incendios en Argelia:

La responsabilidad criminal del Estado burgués

 

 

Tras un período de intensa ola de calor y sequía, grandes incendios devastaron partes de los países mediterráneos, especialmente en Turquía, Grecia y Argelia. La intensidad de los daños está directamente relacionada con la situación económica y política de los distintos países: en Grecia, años de austeridad se han traducido en una disminución del número de bomberos y guardabosques;  cuando dejó el poder, el partido de izquierda, Syriza, afirma haber advertido al nuevo gobierno de las urgentes necesidades en esta área (¡pero que él mismo no había cumplido!); en Turquía, según la oposición, la política del gobierno ha provocado el debilitamiento de las organizaciones estatales de protección hasta el punto de que no había ningún avión cisterna en funcionamiento – mientras qu el gobierno trataba de desviar la acusación hacia los terroristas kurdos como responsables de los incendios...

Pero es en Argelia donde la falla del gobierno ha sido la más flagrante y sus consecuencias las más mortales: la última cifra oficial conocida hasta la fecha contabiliza 90 muertos, incluidos 33 soldados, enviados a combatir los incendios sin el equipo adecuado. En ausencia de la ayuda de los servicios estatales, a menudo eran los propios habitantes los que intentaban oponerse a las llamas que se extendían utilizando medios irrisorios; muchos perecieron tratando de salvar sus rebaños o protegiendo sus hogares. Mientras surgía una oleada de solidaridad con las poblaciones afectadas de Cabilia, las autoridades intentaron camuflar la flagrante falta de medios contra los incendios (lo que también explica el elevado número de víctimas entre los soldados) acusando a presuntos “pirómanos” de ser los responsables de los incendios forestales. El resultado es que Djamel Bensmaïl, un joven que vino a echar una mano a los habitantes de Cabilia, fue linchado, su cadáver mutilado y quemado por una multitud exasperada que lo había tomado por uno de esos supuestos pirómanos denunciados a diario por los medios de comunicación (1). Decenas de personas han sido detenidas como consecuencia de este crimen; pero los funcionarios del gobierno que crearon este clima de linchamiento, por supuesto, no estaban preocupados. Por el contrario, siguieron buscando a quien echarle la culpa, en este caso a los separatistas kabyles del MAK, organización que el gobierno acusa de “terrorista”, aunque nunca han recurrido a actos que pudieran ser calificados como tales. La cosa era desviar la ira de las masas, sometiendo al escarnio a los supuestos pirómanos.

Luego el gobierno, valiéndose una vez más de la vieja argucia nacionalista, acusó a Marruecos de estar detrás de estos pirómanos, provocando una renovada tensión, incluso el riesgo de enfrentamiento entre los dos países; Marruecos había propuesto desde el principio enviar 2 aviones cisterna, ¡pero el gobierno argelino rechazó esta ayuda!

Cuando decidió tornar los ojos hacia Europa, la fuerza aérea estaba comprometida con Grecia, y los aviones tardaron varios días en intervenir en Argelia para apagar los incendios.

Si bien los incendios de este verano y el número de sus víctimas son excepcionalmente grandes, esto no es nada nuevo: cada año miles de hectáreas se esfuman (44.000 hectáreas el año pasado).

En Francia, en la década de 1970, tras el aumento masivo del número de turistas, el sur del país fue víctima de gigantescos incendios en verano, un período de mucho calor, sequía y fuertes vientos.

Para salvaguardar la industria turística, el Estado francés se vio obligado a invertir en importantes recursos de extinción de incendios (aviones y otros), en la construcción de caminos forestales y estableció diversas medidas regulatorias para proteger las áreas en cuestión.

En Argelia, las regiones azotadas por los incendios son pobres y ofrecen pocos recursos: el Estado burgués no tiene interés en invertir para proteger a las poblaciones locales de este peligro, así como de otros. No hizo ningún esfuerzo por mejorar los medios para combatir incendios, capacitar y equipar a los bomberos, etc., ni tampoco para reforestar las áreas quemadas. Por tanto, su responsabilidad en los incendios está directamente implicada.

Se nos dirá que Argelia no tiene los medios para invertir como lo haría un país como Francia.
Sin duda, pero si recordamos que el Estado argelino gasta alrededor de 10 mil millones de dólares cada año en su ejército (el mayor presupuesto militar de toda África, y el segundo del mundo en 2019 en proporción al PIB) (2), es fácil ver que podría dedicar una pequeña fracción de este presupuesto a equipar a sus bomberos con aviones y otros equipos...

El Estado argelino no hace esto, ni dedica una parte sustancial de sus ingresos a mejorar la suerte de los proletarios y las masas en todos los otros aspectos, porque, como todos los Estados burgueses, su función esencial es la de defender el orden establecido y los intereses capitalistas (y particularmente los de los grandes capitalistas): el gasto “social” no es rentable, por lo tanto siempre se sacrifica, a menos que en un momento dado los proletarios lo impongan por medio de sus luchas.

Es el sistema burgués el responsable de las víctimas mortales de los incendios, tal cual pasa con la epidemia de COVID u otros episodios trágicos de la vida social bajo el capitalismo. Mientras este sistema no sea destruido para dar paso a una sociedad superior, libre de antagonismos de clase, regionales, nacionales, o de género – la sociedad comunista– el mismo seguirá infligiendo catástrofes y guerras a la humanidad.

 

Contra la responsabilidad criminal del Estado burgués, ¡viva la lucha revolucionaria proletaria anti-capitalista!

 


 

(1) La actitud de las fuerzas policiales presentes no está muy clara: fueron ellos quienes arrestaron a Djamel y lo dejaron en manos de la multitud.

(2) cf. hoja informativa del SIPRI, abril de 2021

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

23 de agosto de 2020

www.pcint.org

 

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