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Argentina
Frente a los “éxitos” de Milei, la necesidad de la lucha de clase
El 11 de diciembre, el sr Javier Milei celebró su primer año como mandatario de Argentina con un discurso oficial transmitido desde la Casa Rosada por todos los canales de televisión. Se jactó de los "éxitos económicos" alcanzados, aseguró que la recesión había terminado y prometió que a los argentinos les esperaban "tiempos felices".
A nivel internacional, otras voces han alabado a Milei. El semanario británico The Economist, campeón internacional del liberalismo económico, dijo que estaba “fascinado” por su “filosofía” y consideró que Trump debería tomar lecciones de ella para sus propias políticas (1). El FMI consideró que Milei logró evitar la hiperinflación y su presidente dijo a principios de este año que Argentina representaba “el caso más impresionante en la historia reciente” de un gobierno que lleva a cabo reformas necesarias (2). El FMI también prevé un aumento del 5% del PIB del país para 2025, más que incluso lo calculado por el banco central argentino...
No hay duda de que las cifras oficiales indican una desaceleración de la inflación en los últimos meses, hasta menos de 3% en diciembre, mientras que hace un año superaba el 20% mensual. Sin embargo, en términos anuales siguió siendo uno de los más altos del mundo, superando el 110%. Apenas llegó al poder, Milei devaluó el peso, la moneda nacional, en un 54%, eliminó los controles de precios y de alquileres: esto provocó inmediatamente un aumento vertiginoso de la inflación que alcanzó en enero el 254%. % de aumento en comparación con enero de 2023 y más del 20,6% en comparación con diciembre de 2023.
El conjunto de medidas de choque de Milei ha provocado no solo el aumento de la inflación, sino un fuerte agravamiento de la recesión económica: una caída del PIB del 3,5% en 2024 tras una caída del 1,6% en 2023. Además de la devaluación del peso que continuó durante el año en un 2% mensual y del fin del control de precios, estas medidas consistieron en recortar el gasto estatal: paralización de más del 90% de las obras públicas, reducción de las transferencias financieras a las provincias, reducción del gasto en salud, educación, etc., eliminación de algunos ministerios (medio ambiente, ciencia, cultura, mujer, etc.) y supresión de 34.000 puestos de trabajo de funcionarios (uno de los “éxitos” de los que se jactó específicamente Milei en su discurso del 11 de diciembre), reducción del gasto social, etc. (se calcula que gran parte del ahorro en el presupuesto estatal proviene de la congelación de las pensiones en un momento de fuerte inflación), fuerte aumento de los precios del gas y de la electricidad, así como del transporte (3).
Por el contrario, el presupuesto para “seguridad interior” y defensa ha aumentado significativamente: el “desprecio infinito” por el Estado pregonado por el “anarcocapitalista” Milei no se extiende al ejército y a las fuerzas de seguridad del Estado...
Estas medidas dieron como resultado un éxito de la política gubernamental: el presupuesto estatal resultó rentable por primera vez en más de diez años y el país registró un superávit comercial. La crisis económica es su causa: el mercado interno se hundió tras la caída de los ingresos de gran parte de la población y del descenso de las inversiones y de la actividad económica que depende del gasto estatal, obligando a las empresas a bajar sus precios para intentar vender los bienes, provocando una caída de las importaciones (mientras que el fin de la sequía permitió un aumento de las exportaciones agrícolas).
Como siempre, los éxitos de los capitalistas (sean “anarquistas” o tradicionales) son derrotas para los proletarios y las masas pobres en general.
Además de los recortes de empleo en el sector público que acabamos de analizar, en el sector privado se estima que se han eliminado más de 130.000 puestos de trabajo desde que Milei llegó al poder; se trata de empleos en el sector formal, porque se han creado puestos de trabajo en el llamado “sector informal”. La tasa de desempleo ha aumentado oficialmente en un año del 6,2 al 7%: esta cifra no es enorme (llegó al 20% en 2010), pero hay que señalar que se trata sólo de asalariados declarados, mientras que no menos del 45% de la población trabaja sin estar declarada: están empleados en el sector informal donde los trabajadores no gozan de protección social (sin vacaciones, indemnización por despido, etc. etc.) y donde es difícil estimar el desempleo. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido durante la gran crisis de principios de la década de 2000, hasta ahora son los salarios, más que los empleos, los que se han visto gravemente afectados.
De hecho, los salarios reales han caído fuertemente debido a la inflación galopante; en abril de 2024, en el sector privado, habían retrocedido prácticamente al nivel de 2003, el mínimo histórico alcanzado durante la crisis de aquella época (4). Según las estadísticas oficiales a finales del año pasado los salarios reales en el sector privado habrían alcanzado e incluso superado ligeramente su nivel de 2023, mientras que los salarios reales de los funcionarios públicos habrían caído un 23%. El gobierno no se opuso a las negociaciones conjuntas pero impuso que los aumentos salariales no fueran superiores a la inflación oficial, lo que fue aceptado por los sindicatos. En el sector privado, las negociaciones terminaron con una reducción de los salarios reales de una media del 8%, pero con una gran diversidad según los sectores: una reducción de apenas el 0,3% para los empleados bancarios, frente al 19% en la restauración y el 21% en transporte.
Los análisis independientes arrojan resultados diferentes a partir de datos oficiales: los salarios reales cayeron un 10% en promedio, incluyendo una caída del 27% en el sector público (25% en educación); La caída es más significativa en el caso de los salarios bajos, ya que el salario mínimo ha caído un 27% (5) Las pensiones de jubilación han caído en términos reales una media del 15% (incluyendo el bono extraordinario contra la inflación, pero que fue congelado a partir de marzo), lo que sitúa a sus “beneficiarios” por debajo de la línea de pobreza.
Los decretos gubernamentales para flexibilizar el mercado laboral (ley de “bases”) consistieron en particular en eliminar las sanciones a los empleadores por trabajo no declarado, ampliar a un año el período de prueba antes de la contratación, dar la posibilidad de poner en licencia a los funcionarios por 12 meses antes de despedirlos; ¡Además, se han creado fondos de indemnización por despido para que los trabajadores puedan financiar sus propias prestaciones por desempleo! La ley también prevé la prohibición de piquetes y bloqueos de carreteras, ocupación de negocios, etc. El impuesto sobre la renta se amplió a 800.000 personas más, añadiendo a su cálculo ingresos o suministros que antes no estaban sujetos a impuestos, como horas extras, aguinaldos, ropa de trabajo, etc.; al mismo tiempo, se decretó una amnistía a la evasión fiscal y una reducción del impuesto sobre la propiedad que afectaba a los más ricos. Por último, el gobierno está autorizado a legislar durante un año sobre cuestiones económicas y sociales sin pasar por el Parlamento.
Un estudio del CEPA sobre la situación económica y social del país, a un año del gobierno de Milei, concluyó que la política seguida “promueve mecanismos de transferencia de ingresos de trabajadores activos y pasivos hacia los sectores concentrados del capital pero además con una lógica claramente regresiva, dada por el impulso recurrente de quitarle ingresos a los sectores de menores ingresos en beneficio de los de mayores ingresos”(6). En otras palabras, una política de clase antiproletaria.
Como resultado de la crisis económica y la política gubernamental, en un año 5 millones de personas cayeron bajo la línea de pobreza y 3 millones bajo la línea de pobreza extrema (indigencia) lo que imposibilita satisfacer necesidades básicas (alimentación); la tasa de pobreza alcanzó al 52,9% de la población (o 24,8 millones de personas), incluidos el 66% de los niños y adolescentes, y la tasa de indigencia superó el 18% de la población (6,8 millones), incluidos el 27% de los niños y adolescentes. La pobreza ha aumentado más en el área urbana del Gran Buenos Aires, alcanzando al 59,7% de la población.
Milei presenta su política como una ruptura radical con las de todos los gobiernos anteriores. Sin embargo, las medidas ultraliberales no son nuevas en Argentina; cabe recordar que el lema de la dictadura militar (que el actual gobierno querría más o menos rehabilitar), enunciado por el entonces Ministro de Economía, era: “achicar el Estado es agrandar la Nación”; o que el gobierno del presidente Macri también había implementado una política liberal antiproletaria. El brutal ataque a los proletarios no es, pues, obra exclusiva de Milei y su partido; como no tiene mayoría en el parlamento, para aprobar sus leyes ha llegado a acuerdos con los partidos que representan a la “casta” que denuncia todos los días demagógicamente: no sólo los partidos burgueses de derecha (como la coalición “Pro” de Macri) que coinciden con sus orientaciones generales, sino al menos una parte del peronismo lo apoyó en momentos decisivos como la votación de la ley "bases" en junio, o la convalidación de su veto en la puesta al día de los presupuestos de la jubilación y las universidades.
Pero el principal apoyo del gobierno proviene de los grandes sindicatos. Trabajaron para canalizar la ira de los proletarios organizando huelgas y manifestaciones como la huelga general del 24 de enero de 2024 (7) y la del 9 de mayo, que fueron muy seguidas. En realidad lo fue para que negociaran con el gobierno después de haberle demostrado que eran irreemplazables para evitar que las reacciones proletarias se convirtieran en una amenaza para el orden burgués. La CGT, el principal sindicato, declaró entonces que dejaba de organizar acciones de protesta y aceptó participar en las negociaciones para la reforma del mercado laboral (¡afirmando que no había ningún clima combativo entre los trabajadores!). Este abierto abandono de la defensa de los intereses proletarios en nombre de la defensa del capitalismo nacional no es sorprendente por parte de un sindicato con una vieja tradición ultracolaboracionista y procapitalista: por ejemplo, nunca había llamado a la menor protesta durante los 4 años del gobierno anterior (peronista); pero los sindicatos un poco más "combativos", como las dos CTA (Central de Trabajadores de la Argentina), vinculadas al peronismo de izquierda, se contentan con huelgas aisladas que de ningún modo pueden obligar al gobierno y a la patronal a dar marcha atrás.
Milei, en su discurso del 11 de diciembre, pregonó que en 2025 pasaría a la “motosierra profunda”, es decir, intensificaría sus medidas antisociales y antiproletarias.
Los proletarios argentinos han demostrado que son capaces de resistir y luchar. Pero para que sus luchas sean eficaces, para que puedan frustrar los ataques capitalistas, deben realizarlas con orientaciones de clase, con métodos y medios de clase, rompiendo así con las orientaciones derrotistas de las organizaciones sindicales colaboracionistas y el seguimiento de la “extrema” izquierda trotskista: ¡ésta sólo piensa en presionar a los sindicatos para que adopten un “plan de lucha” cuando ellos ni quieren ni pueden entrar realmente en lucha!
En período que viene un problema se planteará cada vez con mayor agudeza a los proletarios argentinos: o se dejan aplastar por los capitalistas confiando en los eternos saboteadores, o comienzan a tomar el camino de la lucha de clase anticapitalista y de la organización revolucionaria comunista, el único que puede conducir a la victoria.
(1) The Economist, 28/11/2024. El semanario critica a Trump por sus tendencias proteccionistas que no tiene Milei
(2) Declaración del 11/1/25. Argentina, que ya es el país más endeudado con el FMI, está negociando con éste un nuevo préstamo.
(3) Todas estas cifras provienen del INDEC, el Instituto Nacional de Estadística. No hay duda de que están manipuladas, según los principios de la “contabilidad creativa” (¡sic!), pero se puede formular la hipótesis de que las manipulaciones son más o menos constantes y que por tanto la tendencia general no cambia. Cf “Las mentiras en la recuperación de la economia de Milei” https://www.eldestapeweb.com/economia/bicicleta-financiera/las-mentiras-en-la-recuperacion-de-la-economia-de-milei-2024115155854
(4) https://eduardogerman.com/2024/06/27/fuerte-caida-del-salario-real-en-el-sector-privado-registrado-en-argentina/ La crisis de principios de los años 2000 estalló a finales de diciembre de 2001, después de un pánico bancario, cuando la economía ya estaba en recesión. El gobierno bloqueó los depósitos bancarios (el “corralito”) y, ante los saqueos a los comercios, la huelga general y las manifestaciones furiosas en todo el país (cacerolazos), declaró el “estado de sitio”. En Buenos Aires, los manifestantes, aunque duramente reprimidos (5 muertos en la Plaza de Mayo), obligaron al presidente Fernando de la Rúa (radical) a huir de la Casa Rosada en helicóptero. Hubo 39 muertos en todo el país y 5 presidentes se sucedieron al frente de Argentina en pocos meses...
(5) https://www.pagina12.com.ar/788652-radiografia-de-los-salarios-en-la-era-milei-el-impacto-de-la
(6) https://www.pagina12.com.ar/770476-fuerte-salto-de-la-pobreza-y-la-indigencia?utm_source=twitter&utm_medium=dlvr.it. El CEPA (Centro Argentino de Economía Política) es una asociación universitaria cercana a los sindicatos.
(7) ver El Proletario n° 31
1 de febrero de 2025
Partido Comunista Internacional
Il comunista - le prolétaire - el proletario - proletarian - programme communiste - el programa comunista - Communist Program
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