Bataclan: 10 años después de los atentados de París. Desde París hasta Gaza, desde Sudán hasta el Congo, desde Rusia hasta Ucrania, el proletariado tiene un solo enemigo: ¡el capitalismo!

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Bataclan: 10 años después de los atentados de París. Desde París hasta Gaza, desde Sudán hasta el Congo, desde Rusia hasta Ucrania, el proletariado tiene un solo enemigo: ¡el capitalismo!

Diez años después de los atentados contra el Bataclan de París, la burguesía francesa conmemora solemnemente a sus víctimas y repite sin cesar: «Estamos en guerra».

Pero esta «guerra» nunca ha tenido como objetivo la defensa de la población. Durante décadas, ha sido la guerra del imperialismo francés, una guerra librada en el extranjero por los mercados y la influencia, y una guerra librada en el país contra el proletariado. En este aniversario, la clase dirigente francesa invoca una vez más la «unidad nacional», exhortando a los trabajadores a alinearse bajo la bandera tricolor y a olvidar quién los explota a diario y quién participa directamente en las masacres que los medios de comunicación ocultan sistemáticamente.

El imperialismo francés conmemora a las víctimas en París mientras contribuye a las masacres en el extranjero. El imperialismo francés se presenta como el protector de la «civilización» contra la «barbarie». Pero allá donde defiende sus intereses, le siguen la destrucción y la muerte.

En la última década, ha estado involucrada, directa o indirectamente, en conflictos e intervenciones que han causado cientos de miles de víctimas. Las exportaciones de armas, el entrenamiento militar, el apoyo diplomático, las alianzas con potencias regionales y la participación en misiones de la OTAN han contribuido a la continuación de guerras y masacres en varios continentes. Honrar a las víctimas de París y guardar silencio sobre las víctimas del imperialismo francés no es un tributo, es una mentira.

Gaza (2023-2025): Decenas de miles de personas asesinadas bajo las bombas y el asedio, con la complicidad diplomática, militar y política de Francia.

El-Geneina, Sudán (2023-2024): Una de las masacres más horribles de la década: barrios enteros borrados del mapa, asesinatos étnicos, fosas comunes, desplazamientos masivos y el silencio total de las potencias occidentales.

El-Fasher, Sudán (2025): Tras un asedio de dos años, la caída de la ciudad fue seguida de asesinatos en los hospitales, ejecuciones de civiles y hambruna, otro crimen cometido bajo la mirada indiferente de las potencias imperialistas.

Congo oriental (Ituri, Kivu del Norte): Desde hace veinte años, las masacres continúan en el Congo oriental, rico en recursos mineros, donde grupos armados y milicias operan dentro de un sistema moldeado por el capital minero mundial. Cientos de miles de personas han sido asesinadas y millones han sido desplazadas, sin que se haya organizado ninguna «marcha de solidaridad» occidental.

Guerra ruso-ucraniana (2022-2025): el número de muertos y heridos, tanto militares como civiles, se estima en un millón, con la participación directa o indirecta de varias potencias imperialistas. Estas masacres no son «tragedias extranjeras». Son la realidad cotidiana del capitalismo, y el imperialismo francés, como todas las potencias imperialistas, forma parte de la maquinaria que las produce.

Los atentados yihadistas de 2015 y 2025 no cayeron del cielo. Son el resultado de la devastación causada por cuarenta años de intervención imperialista en Oriente Medio y África. Son la sombra proyectada por las bombas, los golpes de Estado, las sanciones y las guerras por poder impuestas por los principales Estados capitalistas. Cuando los políticos franceses declaran «Estamos en guerra», se olvidan de mencionar que ya lo estaban, mucho antes de que se disparara el primer tiro en París.

En este aniversario, la clase dirigente francesa llama a la unidad nacional. Pero la unidad detrás del Estado significa unidad detrás de: - el ejército enviado al extranjero, - la policía desplegada en los barrios populares, - los patrones que explotan a los trabajadores, - los partidos que defienden los intereses capitalistas.

El proletariado no tiene nada que ganar con esta unidad. La burguesía conmemora a los muertos de París, pero nunca a los de Gaza, El-Geneina, El-Fasher o el Congo.

Para los líderes, el valor de una víctima depende enteramente de la geografía.

EL PROLETARIADO FRANCÉS DEBE NEGARSE A SER RECLUTADO POR «SU» IMPERIALISMO

A los trabajadores franceses se les pide que lloren, que guarden silencio y que apoyen al Estado. Pero ese mismo Estado está recortando salarios, destruyendo los servicios públicos, criminalizando las huelgas, reprimiendo las manifestaciones y preparando nuevos presupuestos militares, nuevas intervenciones en el extranjero y una nueva guerra general.

El proletariado no debe unirse a sus explotadores. Debe unirse a las víctimas del mismo sistema en Francia, Sudán, Palestina, Congo, Rusia y Ucrania, en todas partes.

Las masacres de París, Gaza, El-Geneina, El-Fasher, Congo y Ucrania tienen todas el mismo origen: el sistema capitalista mundial, que genera guerras en el extranjero y represión en casa.

La única salida es la lucha de clases internacional del proletariado, el partido de clase que centraliza y organiza esta lucha, y la revolución comunista, que es la única que puede poner fin a la barbarie capitalista.

Partido Comunista Internacional

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