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Prises de position - Prese di posizione - Toma de posición - Statements                        


 

Grecia:

¡Contra las ilusiones reformistas!

¡Por la lucha independiente de clase!

 

 

Las elecciones anticipadas del 25 de enero en Grecia han dado la victoria al partido Syriza (Coalición de la Izquierda Radical), mascota de toda la “izquierda de la Izquierda” europea, de Podemos, al Die Linke alemán, a la Rifondazione Comunista italiana, pasando por el Frente de Izquierdas francés, y de casi toda la “extrema-izquierda” que todavía más o menos se pretende “revolucionaria”. Por ejemplo, una hoja trotskista escribía: “El pueblo griego no se ha dejado intimidar. Votando en masa por la izquierda radical, ha rechazado la austeridad y los sacrificios. De esto puede sentirse orgulloso” (1).

En los hechos, fue apenas más de un tercio (36%) de los votantes que eligieron a Syriza (un aumento de 9,4% con respecto a las elecciones de 2012), contra 27,8% de electores que votaron por Nueva Democracia (que solo disminuyó ligeramente: -1,9%); el KKE (Partido Comunista griego) progresó, pasando de 4,5 a 5,5 de sufragios, mientras que los neo-fascistas de Alba Dorada reculaban de 6,9 a 6,3%, entre tanto el partido de extrema-derecha ANEL (Griegos Independientes) descendía fuertemente de 7,5 a 4,8% en los sufragios. Una unión de “extrema-izquierda”, Antarsya, que reúne trotskistas, maoístas y otros, obtenía 0,66% de votos, y por último el nuevo partido centrista Potami, que no existía en 2012, recogía 6% del total de los votos.

La buena racha electoral de Syriza se debe al desmoronamiento del partido socialista PASOK (asociado a la Nueva Democracia en el gobierno precedente), pasando de 12,3% de votos a 4,7%. Esta “Izquierda Radical” se ha convertido así en el refugio de los habituales social-demócratas; los analistas resaltan que Syriza había perdido votos en los sectores más populares que prefirieron abstenerse (36%); sin duda a causa de la “moderación” que cuanto más se acercaban las elecciones más ganaba terreno en sus filas.

Esta “moderación” de Syriza se manifestó en forma neta a la hora de formar su gobierno, aliándose a... ANEL. El ala “extremista” de Syriza tragó quina, prácticamente sin decir nada; lo cierto es que Syriza ha colaborado en el pasado con ese partido con el cual comparte la linea nacionalista. Al partido ANEL, cercano a la Iglesia ortodoxa y a los militares, Syriza le ha confiado nada menos que el ministerio de la Defensa. Además de no disponer de la mayoría absoluta en el parlamento, Syriza justifica esta iniciativa en nombre de la necesidad de formar un gobierno estable; en realidad la alianza con ANEL garantiza que los bienes de la Iglesia, primer gran hacendado del país, seguirán escapando al fisco, y que el presupuesto militar no será revisado.

 

LOS GASTOS MILITARES: UN FARDO PARA LOS PROLETARIOS EN GRECIA

 

Grecia es el país cuyos gastos militares son los más elevados de la Unión Europea. En 2013, se fueron el equivalente de un 2,4% de su PIB (producto interno bruto) en manutención de sus fuerzas armadas. En comparación, los grandes países del Viejo Continente gastaron, en Gran Bretaña, para ese mismo año, un 2,2% de su PIB; en Francia, un 2,2%; en Italia, un 1,5%; en Alemania, un 1,3%, en España un 0,9% (2).

Para precisar las ideas, el presupuesto militar de los Estados Unidos alcanzaban ese mismo año un 3,8% del PIB; en Rusia, 4,2%; en China, un 2,1%; en Japón, un 1%, pero dada la talla de la economía americana, los gastos militares representan casi un 37% de los gastos militares mundiales, tanto o más que los 9 países con los más fuertes presupuestos: China, Rusia, Arabia Saudí, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Japón, India y Corea del Sur! (3).

En la ultima década, Grecia fue el primer país importador de armamentos de Europa (quinto país a nivel mundial), teniendo a USA, Alemania y Francia como sus principales surtidores. Luego de los primeros planes de “salvamento” del país, Alemania y Francia – que en esos momentos concluía un contrato para la venta de navíos militares por un monto de 6 millardos de euros – insistirán en que Grecia no eche para atrás sus compras (4)...

El financiamiento del presupuesto castrense y del ejército en general (los burgueses justifican su peso particularmente elevado, debido a la necesidad de hacer frente al “enemigo hereditario” turco) recae inevitablemente sobre los proletarios (¡los únicos que prácticamente pagan impuestos en ese país!). Hay que señalar que, en la vida política de la península ateniense, los militares helenos juegan un rol particularmente anti-proletario, tal como lo demuestra la dictadura de los coroneles instaurada de 1967 a 1974; los burgueses locales e internacionales (comenzando por los americanos, con quienes el ejército greco mantiene todavía lazos estrechos) temen que la crisis política y social, todavía presente, desemboque en una “situación pre-revolucionaria”. En noviembre de 2011, el primer ministro (PASOK), confrontado a dificultades económicas y sociales profundas, hablaba del riesgo de un golpe militar. Con el recuerdo del espectro de 1967, las autoridades griegas buscaban evidentemente un argumento de peso en las negociaciones con las finanzas europeas, pero también suena como una siniestra advertencia dirigida a los proletarios; es un hecho que la burguesía, cuando estima que sus intereses ses encuentran en peligro, no vacilará en recurrir a la violencia, ni a remplazar la ficción democrática por su dictadura abierta.

 

LOS ESTRAGOS DE LA CRISIS EN GRECIA

 

Con una población cercana a los 11 millones de habitantes, Grecia es un país débil desde el punto de vista capitalista, en comparación con los grandes países de Europa. La península, tradicionalmente agrícola, solo comenzó a industrializarse a partir de los años sesenta, gracias esencialmente a las inversiones extranjeras. Todavía hoy, la industria se ha desarrollado relativamente poco, teniendo al turismo como el sector económico más dinámico, mientras que la agricultura sigue siendo una fuente significativa (después del comercio que es el sector que más emplea), a pesar de su división en pequeñas parcelas y su resultado: una multitud de pequeñas explotaciones agrícolas poco rentables. Un sector floreciente lo constituye el transporte marítimo que emplea entre 150 a 200 mil personas, lo que representa más de un 6% del PIB del país; la flota mercante griega es la primera del mundo, sin embargo, desde los años cincuenta, el país exonera por vía constitucional a las compañías marítimas de todo impuesto sobre las ganancias, además de que tres cuartos de los navíos están registrados como pabellones de conveniencia (es decir, escapan a toda reglamentación y a toda tasación fiscal). En 2013, cuando el gobierno quiso fiscalizar a las empresas del sector, los armadores amenazaron con abandonar el país; como resultado, la tasa fue derogada y remplazada por una “contribución voluntaria”...

Durante varios años, Grecia gozó de un rápido crecimiento económico (con promedio de un 4% de 2000 a 2007, claramente por encima de los demás países europeos), al extremo de hablar de un supuesto “milagro griego”; la economía fue dopada con las inversiones externas (principalmente europeas) y con el recurso al crédito (en 2007, la deuda soberana equivalía a un 103% del PIB). Una inmigración numerosa fue necesaria para suplir los empleos de baja calificación, especialmente en la agricultura.

Entonces, llega la crisis económica mundial y el país la recibe en plena cara, haciendo aflorar con ella la fragilidad del “modelo” griego. A finales de 2008, cuando su economía se sumerge en la crisis y el déficit presupuestario alcanza un 15% (entre dos y tres veces más que el de los otros países de la Unión Europea), la Grecia, irónicamente deficitaria en cuanto a su balanza comercial, se muestra incapaz de encarar la fuerte alza de su deuda. El país no tuvo otra salida que pedir ayuda a sus socios europeos para evitar la bancarrota. Como todo el mundo entiende, para los burgueses la “ayuda” se paga a cierto precio, y tiene como principal objetivo ayudar a los intereses de los que “ayudan”. Es de esta forma como el dinero prestado a Grecia a tasas más bajas que las practicadas en el mercado (aunque suficientemente elevadas como para que los prestamistas puedan extraer considerables beneficios) ha servido casi exclusivamente para proteger los intereses de la banca europea, especialmente alemana y francesa que son las más vinculadas al país; solo un 11% de la plata fresca prestada a Grecia fue destinada a la logística estatal (5).

Mientras esto ocurre, la llamada “troika” (Banco Central Europeo, Comisión Europea y FMI), somete al país a medidas de rigor y de “reformas” para enderezar las cuentas del país: privatizaciones, reducción en los gastos estatales (en un país donde el gasto estatal juega un rol central en la economía), reformas legislativas, “reforma” del derecho laboral, despidos en la Función Pública, rebajas de salarios y pensiones de vejez, aumento de la edad para obtenerlas, etc.

Después que los inversionistas externos salieron del apuro (los bancos alemanes y franceses pudieron salir del juego sin dejar muchas plumas), los resultados están a la vista: catástrofe para la economía, pero más todavía para los proletarios y las masas griegas:

De 2008 a 2014, el PIB griego bajó a más de 27%; durante el mismo periodo más de un 30% de empresas cerraron, la parte de la industria en la economía ha disminuido, el desempleo ha aumentado en un 190,5% (un millón de parados), pasando de 9 a 26,5%, mientras que solo un 10% de los desempleados tocan las subvenciones al paro; el salario medio ha disminuido un 38%; las pensiones de vejez, un 45%; el presupuesto promedio de los hogares un 30% – las desigualdades han aumentado sustancialmente: en 2012, un 25% de los hogares más pobres sufrieron una baja de un 86% en sus ingresos, mientras que un 25% de los más ricos gozaba de un descenso de solo un 17 a 20%; desde entonces estas desigualdades no han cesado de aumentar, para comprobarlo basta con ver que los impuestos a los más pobres ha aumentado un 377% contra 9% para los más ricos (6). Más de un cuarto de la población carece de protección médica, y, debido al derrumbe del sistema de salud bajo los golpes de la austeridad, etc. (7), un 47% de la población griega no tiene acceso a primeros auxilios.

Esta terapia de choque, parecida a las que el FMI infligía a los países en bancarrota del entonces Tercer Mundo, y que desembocaba frecuentemente en “revueltas del hambre”, no ha logrado poner en marcha la economía del país, ni ha “sanado” verdaderamente las cuentas publicas. El hundimiento económico ha tenido como resultado una caída de los ingresos fiscales y un aumento de las cargas sociales, y que no ha hecho sino aumentar las dificultades para pagar una deuda que se ha acrecentado rápidamente hasta llegar a un 177% del PIB, en 2014; si bien su “madurez”, es decir, el lapso para rembolsar la deuda, ha aumentado, y en las próximas semanas y meses, el gobierno griego se verá obligado a encarar pagos vencidos cruciales, mientras que las arcas del Estado se encuentran sin un céntimo. Los economistas celebran que el comercio exterior en la península ha aumentado por primera vez sus (débiles) excedentes, pero, esto sucede porque a raíz de los estragos producidos por la crisis interna, las importaciones han disminuido en estos últimos años más que las exportaciones; con respecto a estas ultimas, en 2013, el único comercio donde se verificaba este incremento era... la venta de carburantes a los cruceros de las giras turísticas (8)!

 

LA POLÍTICA DE SYRIZA

 

Pese a su nombre de “Coalición de la Izquierda Radical” y de su singular formación (allí convergen elementos que se reclaman del marxismo, el trotskismo o el “marxismo-leninismo”, al lado de otros que vienen de formaciones colaboracionistas diversas), Syriza es un partido reformista clásico; su programa nada tiene de “anti-capitalista” y aunque se pretenda de forma demagógica tener como finalidad “el socialismo”, aclara rápidamente como para tranquilizar a los sectores pequeño-burgueses que se trata de “un socialismo dentro de la democracia y la libertad”. Este partido que se define como un programa de lucha contra la austeridad y por la satisfacción de las necesidades de las masas, comprende una serie de reivindicaciones, tales como frenar la baja de los salarios (¡y ya no su aumento!) y el aumento del salario mínimo, el suministro gratuito de electricidad y subvenciones para los más pobres, aumento del rembolso de los gastos médicos, etc., gracias a una imposición fiscal a los más ricos, interrupción de las privatización (realizadas bajo condiciones bastante atractivas para los inversionistas, nacionales o extranjeros), prometía también la creación de 300 mil empleos, gracias a las medidas de tipo keynesiano, típicas de todos los programas reformistas.

Al mismo tiempo que afirma querer respetar los compromisos que Grecia tiene con sus proveedores de fondos, el nuevo gobierno esperaba encontrar apoyo en los países del sur de Europa, con el fin de obtener una moratoria de su deuda, y porque Europa abandone sus políticas de austeridad, proponiendo iniciativas que buscan darle un nuevo impulso a la economía.

Pero ni el gobierno francés, ni el italiano, menos aun el español o el portugués han querido apoyar al gobierno greco! Todos, proporcionalmente a la profundidad de las crisis que les han golpeado, han impuesto medidas de austeridad, y reducido los gastos sociales; por tanto, no van a sostener una política diferente para Grecia! Los ataques anti-proletarios constituyen la regla en toda Europa, aun si los países más ricos como Alemania, pueden darse el lujo de amortiguar esos ataques y poder mantener la paz social. Grecia es un pequeño país, y su peso específico en el seno de Europa es limitado, pero en la medida en que los problemas que ella enfrenta dejen de representar un caso aparte dentro las dificultades de las economías capitalistas de la Unión Europea, y debido a la “globalización” cada vez más creciente del capitalismo, el caso griego reviste una importancia internacional: una salida de Grecia de la zona euro, tendría consecuencias para toda la economía mundial (9).

Las instituciones europeas, apoyadas por todos los Estados, incluyendo a los no europeos como los Estados Unidos, que al comienzo aprobaron la oposición a Syriza en las políticas de austeridad (cada vez que aparece una crisis, los americanos siempre buscan que los europeos jueguen el rol de motor de la economía mundial) (10), exigen entonces que el gobierno griego continúe en la vía de la austeridad, de privatizaciones y de “reformas” esencialmente anti-proletarias (liberalización del mercado laboral, baja de salarios, reforma de las jubilaciones, etc), al extremo opuesto de sus promesas electorales. Diversas medidas coercitivas han sido tomadas por la Banca Central Europea para obligarlos a hacerlas. Por su parte, la Comisión Europea envió por ejemplo un mensaje advirtiendo que aprobar leyes “humanitarias” que prevean el suministro gratuito de electricidad y de bonos alimenticios a los más necesitados podría ser considerado como una violación de los compromisos contraídos por Grecia, mientras que el presidente del Eurogrupo (la reunión de los ministros de finanzas) declaraba que “toda presión [sobre el gobierno, NdR] que acelere el proceso de reformas en Grecia sera bienvenida” (11)! Antes de aportar las sumas indispensables para el funcionamiento de la economía, estos usureros piden a las autoridades grecas que continúen con la política precedente y que tomen compromisos precisos y concretos en ese sentido (12), sin embargo los recursos que tiene el Estado no son suficientes para satisfacer tanto a sus prestamistas como a sus asalariados...

El gobierno Syriza-ANEL no tiene alternativa: si Grecia no quiere ser echada de la zona euro o ser sustituidos por otro gobierno más comprensivo (13), tendrá que someterse a las presiones de los Estados burgueses más potentes. Y ya ha comenzado a marchar recto, enviando a calendas griegas la argumentación del salario mínimo o echando para atrás su decisión de bloquear la venta del puerto del Pireo a inversionistas chinos.

 

LA LUCHA INDEPENDIENTE DE CLASE, ÚNICA SOLUCIÓN PARA LOS PROLETARIOS EN GRECIA

 

Desde el comienzo de la crisis, los trabajadores griegos no se han quedado pasivos frente a la degradación continua de sus condiciones de vida y trabajo. Numerosas huelgas y manifestaciones han tenido lugar, pero estas luchas, dirigidas la mayoría de las veces por fuerzas interclasistas, nacionalistas, respetuosas de la legalidad por parte de los sindicatos, incluyendo a los sindicatos “radicales” ligados al KKE, no han podido frenar los devastadores ataques de la burguesía. Las elecciones han sido presentadas a los proletarios como la oferta de una vía alternativa sin los riesgos de la lucha: votar para llevar a Syriza al poder. Syriza no pide a los proletarios y a las masas griegas a tomar el camino de una lucha real, sino de confiar en su gestión parlamentaria y gubernamental para defender sus intereses (que serian idénticos a los de la economía nacional) contra lo que dictan los extranjeros. Como todos los reformistas, Syriza le hace un gigantesco favor al capitalismo, desviando a los proletarios de la única vía eficaz para defenderse.

Al mismo tiempo que habla de hacer pagar la deuda a los oligarcas, el gobierno Syriza se guarda bien de tomar cualquier medida contra los capitalistas (¡basta pensar en los riquísimos armadores!) y el capitalismo griegos. Pero, como todos los partidos reformistas que llegan al poder, se encontraba en la situación poco confortable de elegir entre atacar abiertamente los intereses de los proletarios y las masas trabajadoras, o golpear los intereses de los capitalistas; y, como todos los partidos reformistas, indisolublemente ligados a la defensa del modo de producción capitalista, no tendrá otro remedio que atacar a los trabajadores, aprovechando la confianza que estos últimos han depositado en ellos. Y ese es el rol que la burguesía, griega e internacional, asigna a los partidos como Syriza, y no lo tolerará sino en la medida en que este rol sea respetado.

Hoy por hoy Syriza goza de una gran popularidad entre la población, incluso en las masas proletarias; popularidad alimentada por la retórica nacionalista. Pero las ilusiones puestas en Syriza están destinadas a evaporarse rápidamente; y, en caso de que los proletarios traten de resistir, entonces el lugar de los melosos discursos reformistas será ocupado por la brutalidad de las fuerzas del orden capitalista; ¡no es por azar que la promesa electoral de disolver las unidades anti-motines de la policía haya sido abandonada!

Los proletarios no pueden contar sino con sus propias fuerzas y sobre sus propias luchas, siempre y cuando sean orientadas y organizadas sobre bases auténticamente de clase. Para resistir los ataques capitalistas no hay otra solución que la lucha resuelta contra el capitalismo. Repudiar la deuda o abandonar la Union Europea, que el KKE y algunas organizaciones llamadas de “extrema-izquierda” presentan como remedios a la crisis, solo son callejones sin salida ya que no salen del cuadro burgués; remedios que podrían ser peor que la misma enfermedad, y que obviamente significarán un empeoramiento adicional de la situación proletaria. La ruptura con las fuerzas y las orientaciones reformistas, colaboracionistas, la adopción de métodos y medios de la lucha clasista y la organización de clase son una necesidad par la defensa proletaria, antes de pasar a la ofensiva.

Pero esta organización de clase creada para las luchas de defensa inmediata, y hacia la lucha más general contra el capitalismo, implica llevar a cabo una lucha política y una práctica contra el colaboracionismo político y sindical, contra todos los falsos amigos del proletariado, contra todos los obstáculos que la burguesía crea; igualmente significa que ella necesita la organización política de clase, en otras palabras, el partido de clase, auténticamente comunista, internacionalista e internacional, que permita evitar todos los escollos, gracias a su programa marxista, que es la síntesis de las lecciones de las luchas del pasado, y para centralizar y dirigir su combate contra el capitalismo.

Trabajar, vinculados con los proletarios de todos los países, por la constitución de ese partido, es la tarea que se impone y se impondrá objetivamente cada vez con más urgencia a los proletarios y militantes de vanguardia en Grecia.

 


 

(1) Lutte Ouvrière n°2426, 28/1/2015 (periódico de “Lucha obrera”, organización trotskista francesa). Las ilusiones electorales causan tantos estragos en los trotskistas como el vocabulario interclasista...

(2) Según datos del SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), SIPRI Milex Data 1988-2014.

(3)http://vadeker.net/humanite/geopolitique/world_military_spending/world_military_spending_2002-2012.html

(4) cf Le Point, 27/1/2015

(5) http://www.macropolis.gr/?i=portal.en.the-agora.2080

(6) Institut für Makroökonomie und Konjunkturforschung Studies, n°38, Marzo 2015

(7) https://www.opendemocracy.net/ournhs/louise-irvine/what-%27austerity%27-has-done-to-greek-healthcare

(8) http://www.ekathimerini.com/4dcgi/_w_articles_wsite2_1_25/10/2013_524920

(9)Ver por ejemplo la declaración del director del Banco de Francia: “el conjunto de la economía mundial sería afectada” [en caso de una salida del euro por parte de Grecia], Le Figaro, 19/4/2015.

(10) Las autoridades grecas declararon igualmente que ellas estaban sometidas a una “fortísima presión por parte de los americanos” para que no participen en el gazoducto que el gigante ruso Gazprom proyecta construir en la región. Cf http://www.leblogfinance.com/2015/04/la-grece-fait-etat-de-fortes-pressions-us-pour-la-dissuader-dadherer-au-projet-du-gazoduc-russie-turquie.html

(11)http://in.reuters.com/article/2015/03/09/eurozone-greece-steps-idINL5N0WB3SX20150309

(12) “Los proveedores de fondos de Grecia siguen insistiendo en que las reformas de las jubilaciones y la liberalización del mercado laboral que han sido llevadas a cabo no son suficientes”, lemonde.fr, 31/03/2015

(13) El Financial Times (5/4/2O15), cotidiano consagrado a las finanzas de la City, escribe lo siguiente: “La frustración de la autoridades de la zona euro con la Grecia es tan grande que un cambio del  gobierno actual (…) se ha convertido en el objeto de discusión frecuente al margen de las discusiones [sobre la deuda]. Muchos oficiales, incluyendo ciertos ministros de finanzas de la zona, han sugerido que un acuerdo solo sería posible, si Alexis Tsipras saca de su gobierno a la extrema izquierda. (…) 'este gobierno no sobrevivirá', agregaba una personalidad oficial de primer plano”. Sabido es que el ministro alemán de Finanzas califica el gobierno griego de irresponsable.

(14) Ver en francés «L'interclassisme du KKE», Le Prolétaire, n° 496.

 

 

Partido Comunista Internacional

23 de Abril de 2015

www.pcint.org

 

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