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Bélgica: un nuevo gobierno para la misma política antiobrera

 

 

Desde el 1 de octubre, 16 meses después de las elecciones, Bélgica ha logrado finalmente encontrar un nuevo gobierno, dirigido por el liberal flamenco De Croo, aunque los socialistas son los más numerosos en el Parlamento. El presidente del PS, Paul Magnette, en una conferencia de prensa, dijo que esta elección se había decidido por el lanzamiento de la moneda (cara o cruz); era una broma, pero expresaba una realidad profunda: de "derecha" o "izquierda", y a pesar de sus rivalidades, estos políticos son básicamente servidores del capitalismo y como tales son intercambiables. Por otra parte, el hecho de que el país haya sido dirigido por un gobierno no electo durante todo este período, marcado, además, por una crisis sin precedentes, es una demostración de lo que las elecciones y la democracia burguesa son realmente: una hoja de parra para disfrazar la dominación capitalista, que la clase dominante puede, si es necesario, hacer incluso sin ella.

Pero las elecciones, con sus partidos y todo el sistema parlamentario, tienen una función sumamente importante para la gestión del orden establecido: hacer creer al proletariado y a la población en general que su voto es el factor determinante del funcionamiento y la política del Estado, y por lo tanto que las elecciones son la mejor o la única forma de cambiar su destino. La observación de que el Estado sigue funcionando, independientemente del resultado de las elecciones, es la mejor negación de esta creencia.

Esta observación hace que los llamados marxistas del PTB se quejen: "Si los partidos tradicionales se volvieran intercambiables, ¿por qué la gente se molestaría en votar?".  (1). Una pregunta cruel para un partido que se jacta de su éxito en las últimas elecciones ...

El nuevo gobierno reúne a los "católicos" flamencos, la derecha liberal flamenca y francófona, la familia socialista flamenca/francesa y los ecologistas franceses/flamencos. Se presenta como un defensor del Estado belga contra los partidos xenófobos y separatistas de extrema derecha. También afirma que quiere provocar un cambio social después de años de austeridad.

Los dirigentes sindicales colaboracionistas aprobaron la formación de este nuevo gobierno: el sindicato cristiano CSC acogió una "ruptura de estilo positivo", mientras que la FGTB (socialista) añadió que era "una verdadera ruptura" (2), sobre todo en el caso de la seguridad social. Los trotskistas de la WPS, si bien lo consideran "más que insuficiente", reconocen este "avance social" e incluso lo consideran "un alivio" (3).

 

¿Pero qué es realmente?

 

Si el gobierno de De Croo no ha anunciado nuevas medidas de austeridad, siguiendo el ejemplo de otros gobiernos europeos que las consideran contraproducentes en esta etapa de la crisis, la prioridad es mantener una apariencia de unidad nacional para prolongar la parálisis del proletariado reforzada por las medidas anticobertura. Pero, evidentemente, se trata sólo de un aplazamiento: tarde o temprano los gobiernos lanzarán ataques directos contra los proletarios, aunque sólo sea para financiar los diferentes "planes de recuperación" que se anuncian con gran clamor: por supuesto, ¡se trata de salvar a los capitalistas para restablecer el beneficio capitalista!

Lejos de representar una ruptura con el anterior, el nuevo gobierno está marcado por la continuidad con el anterior. En particular, ha aprobado el cambio de la edad de jubilación a 67 años (mientras que el SP dijo que quería reducirla a 65), ha mantenido la reducción de las cotizaciones a la seguridad social para las empresas y la congelación de los salarios; además, han desaparecido las jubilaciones anticipadas para los trabajos más exigentes y el gobierno ha anunciado una "política de retorno decisiva" para los migrantes indocumentados, es decir, un empeoramiento de la actual política represiva.

En cuanto a su famosa promesa de aumentar gradualmente el importe de la pensión a 1500 euros, resulta ser cada vez más un farol: sólo será el importe bruto, no se ha fijado la fecha para llegar, será necesario tener una carrera de 45 años (que alcanza sólo a la mitad de los hombres y al 10% de las mujeres), etc.

Por su parte, los capitalistas seguirán beneficiándose de las medidas de apoyo (planes de recuperación europeos y planes regionales), de las derogaciones de las normas sociales aplicadas con el pretexto de la epidemia, mientras que los despidos van en aumento: según los datos del Banco Nacional, en junio "más de 185.000" personas habían perdido su empleo desde el comienzo de la crisis. Y esto es sólo el comienzo, ya que la tasa de desempleo pasará del 8,9% del año pasado al 10,7% de este año, según las últimas previsiones de la Oficina de Planificación de septiembre (la economía se contrajo un 7,4%). También según una encuesta de la NL, los trabajadores de las categorías menos privilegiadas han sufrido una pérdida de ingresos de alrededor del 30%...

La conclusión es clara: los proletarios no tienen nada bueno que esperar del gobierno del PS-Liberal-Ecolo, del que sólo ha cambiado "el estilo" en comparación con el gobierno de derecha Michel. Pero tampoco pueden esperar nada de los sindicatos basados en la colaboración de clase con los patrones y el estado burgués.

Sólo con su propia lucha podrán defenderse de los ataques de los capitalistas y de las consecuencias devastadoras de la crisis, retomando los métodos y medios de la lucha de clases, para la defensa exclusiva de sus intereses de clase, negándose a caer en la trampa de la defensa de la economía nacional o regional. La actual parálisis no durará para siempre y a los proletarios de Bélgica y de otros lugares les esperan duras luchas contra el capitalismo.

 


 

(1) https://www.ptb.be/

(2) https://trends.levif.be/economie/

(3) https://fr.socialisme.be/

(4) Comunicado de prensa del 17/6.

 

 

Partido Comunista Internacional (El Proletario)

11 de octubre de 2020

www.pcint.org

 

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